Las remesas -entendidas como las transferencias internacionales de dinero que realizan los colombianos por fuera del país a sus familiares en Colombia- vienen registrando un comportamiento histórico en lo que va del 2022, teniendo mayor incidencia desde el segundo semestre, cuando se comenzó a presentar una escalada sin precedente en la cotización del precio del dólar.

De acuerdo con cifras del Banco de la República, de enero hasta octubre del presente año, se han recibido remesas por $7.7 billones de dólares, cifra histórica que registra un incremento frente al año anterior de 11,77%. Esto es una muestra, no solo del buen momento por el que están atravesando las finanzas de los colombianos residentes en el exterior, sino que también, estos recursos están aliviando la economía de muchos hogares en el país, al tener unos ingresos adicionales que les están permitiendo hacerle frente a los altos precios que se vienen registrando y que, principalmente, se están viendo reflejados, en la compra de los productos de la canasta familiar.

Del total de las remesas que han llegad a Colombia, en los primeros diez meses del presente año, el 53% se generaron desde los Estados Unidos. Este dato es muy diciente, teniendo en cuenta que la principal economía del mundo, viene atravesando dificultades que han llevado a la Reserva Federal a hacer ajustes en la inflación -actualmente está en 4,5%, han impactado en los costos y gastos de los hogares en dicho país, y también ha incidido en las decisiones que ha tomado el organismo monetario de Colombia para ajustar la tasa de interés, que actualmente está en el 11%.

Juan Ricardo Hoyos, gerente de remesas del Banco W, manifiesta que esta situación también no solo se evidencia en Estados Unidos, sino en otros países de donde vienen remesas al país, como en el caso de España, Chile y Reino Unido, donde la inflación se sitúa en 8,90%, 13,70% y 10,10%, respectivamente; demostrando también, que pese a las condiciones económicas que se presentan en estos mercados, los colombianos están asegurando parte de sus ingresos para transferirlos a sus familiares en Colombia.

“Este aumento en los costos de vida en otros países lleva a los migrantes a recortar sus gastos y enviar un monto promedio menor de dólares, que ha disminuido de 280 dólares a 255 dólares. Sin embargo, los colombianos que se benefician de estos dineros no han sentido el impacto por el aumento en la tasa del dólar que ha compensado esa disminución”, afirmó.

Aunque el crecimiento en las remesas es innegable, la inquietud que ronda es si este comportamiento se mantendrá para el próximo año. De acuerdo con Hoyos, para el 2023 se prevé un impacto significativo en el envío de estos recursos al país, producto de varios factores en el exterior como el aumento de tasas, la contracción económica (o crecimientos muy bajos) y el posiblemente aumento de desempleo.

Todos los factores anteriores y sumando los resultados de la economía en Colombia, genera un espacio de reflexión en quienes reciben estos dineros para que los puedan ahorrar para el futuro; por lo que el llamado a los hogares colombianos que son beneficiados con estos ingresos, es que sepan manejarlos con prudencia y tomar las decisiones más adecuadas para su uso, en atención a cómo se esté comportando la divisa en el mercado, esto, para no generar presión a sus familiares en el exterior, quienes por las condiciones que se prevén para el año siguiente, les implicarán una disminución en los giros hacia el país.

“Esperamos que la respuesta por parte de los colombianos en el exterior sea contra cíclica para que les permita continuar apoyando a sus familias durante el 2023, como lo han venido haciendo en los últimos años a pesar de todas las adversidades”, puntualizó el gerente de remesas del Banco W.