La economía en Colombia, a pesar de la incertidumbre generada por la golpeada relación bilateral con Estados Unidos, por las diferencias entre los presidentes Donald Trump y Gustavo Petro, y la compleja situación fiscal, viene creciendo y los datos que se conocerán la próxima semana, del tercer trimestre del año, apuntan a que serán uno de los mejores resultados en los años recientes.

Sin embargo, hay complejidad en la forma en que está creciendo Colombia, hecho que trae grandes desafíos hacia el futuro, más allá de unas cifras aceptables en el corto plazo.

SEMANA conversó con José Ignacio López, presidente de Anif, sobre este buen momento de la economía, los riesgos que tiene y a qué obedece este ritmo.

SEMANA: ¿Qué explica el buen momento de la economía?

JOSÉ IGNACIO LÓPEZ: El proceso de reactivación se ha venido consolidando, y las cifras lo reflejan. Hay un aumento en la confianza de los consumidores, de los industriales, una cifra de actividad más dinámica, un mercado laboral con mejores cifras que de tal suerte que estamos experimentando este renovado dinamismo.

SEMANA: ¿Cuáles son las fuerzas que lo impulsan?

J.I.L.: Son múltiples. El contexto externo está siendo muy favorable para Colombia y para América Latina, y Colombia no es el único país que está demostrando esas cifras. Ese contexto externo es muy favorable en el sentido de que los precios de los productos que exportamos siguen siendo buenos. Es decir, tenemos unos términos de intercambio más favorables. Dos, hemos tenido un relajamiento de las condiciones financieras a nivel internacional. Eso, entre otras, implica una devaluación del dólar, que genera un efecto riqueza en nuestros países con monedas más apreciadas, una reducción de las tasas de interés de la Reserva Federal, que también tiene un efecto positivo sobre los flujos financieros, y que América Latina sigue muy distante de los puntos de mayor tensión geopolítica.

La bolsa ha alcanzado sus mayores niveles de dinamismo en la historia reciente. | Foto: SEMANA

Ahora, esto podría cambiar si en algún momento hubiera algún tipo de intervención de Estados Unidos en la región, pero por ahora sigue siendo un continente estratégico en esta coyuntura donde hay una necesidad de mayores recursos naturales.

SEMANA: ¿En qué se ha basado esa reactivación?

J.I.L.: Está muy basada en el gasto de los hogares. Los hogares están gastando un ritmo muy importante y buena parte de ese gasto se explica porque los ingresos de las familias se están complementando con ingresos que vienen de afuera del país, las remesas. Además, la balanza de servicios del país aumenta, porque está recibiendo más turismo y eso está generando un influjo de ingreso que se irriga por una parte importante de la economía, que complementa al ingreso que se está dando por las exportaciones de sectores agrícolas que también están produciendo un complemento importante en los ingresos de muchas familias y eso es un gran dinamizador del consumo.

Las remesas han alcanzado cifras históricas sumando más de 1.000 millones de dólares en algunos meses del año. | Foto: SEMANA

Y un elemento adicional, que está presente, y se ve en los precios de los activos financieros. Si bien hay una incertidumbre por lo que pasa con las elecciones, muchos inversionistas ven que en el siguiente gobierno va a haber una moderación o un giro hacia políticas un poco más prácticas. Por ejemplo, en materia energética, en infraestructura, en construcción. Creo que hay una expectativa que con las elecciones, si bien no sabemos qué tipo de gobierno exactamente va a llegar, sí vamos a tener algo más de practicidad. Parte importante de lo que estamos viendo en apetito en bolsa refleja ese sentimiento de quizás un giro hacia mayor practicidad.

SEMANA: ¿Cómo va el año?

J.I.L.: Vamos a terminar el año con una nota buena, positiva. Nosotros somos de los más optimistas con un crecimiento de 2,8 %, y pensamos que es una cifra que se puede alcanzar si el tercer trimestre las cifras confirman la tendencia que estamos viendo. La gran pregunta quizás es hasta dónde podemos mantener este dinamismo, sabiendo que, uno, efectivamente hay una incertidumbre con el proceso electoral, y dos, buena parte de nuestra suerte podría cambiar si los vientos externos cambian.

SEMANA: ¿El país está creciendo por el Gobierno o a pesar del Gobierno?

J.I.L.: No ha sido muy clara la política de reactivación del Gobierno. Cuando uno piensa en decisiones de política económica que hayan afectado en la economía este año o el año pasado son muy pocas, yo creo que lo que estamos viendo es la confluencia de fuerzas: ha habido un contexto externo muy favorable, un aumento de las remesas, un aumento del turismo, una actividad que se hace de los servicios que obviamente es un gran generador de empleo. Una suerte de fuerzas que no necesariamente dependen del Gobierno y que se ha mantenido. Es difícil encontrar cuáles han sido las políticas de reactivación, pero obviamente el Gobierno se beneficia de este viento a favor que tiene la economía y muy probablemente va a aducir que es gracias a esas políticas, pero no está tan claro cuáles han sido esas herramientas.

Para José Ignacio López, presidente de Anif, la dinámica económica se da por "una suerte de fuerzas que no necesariamente dependen del Gobierno y que se ha mantenido". | Foto: SEMANA

SEMANA: ¿Qué pasa con los sectores?

J.I.L.: Cuando uno hace un barrido sectorial, por ejemplo, en el sector agrícola buena parte de lo que estamos viendo es un contexto externo favorable, unas apuestas que venían y antecedían a este Gobierno que ahora se están materializando en términos de diversificación de exportaciones.

Si bien es un Gobierno que ha puesto sus esperanzas en el agro, no está tan claro, por ejemplo, que los temas de repartición de tierras y demás sean los grandes factores detonantes de esta reactivación. Los sectores que lo están haciendo bien no está tan claro cómo los ha impactado la política pública del Gobierno, y es más fácil identificar algunos sectores que están rezagados, especialmente por decisiones del Gobierno, como el sector de hidrocarburos, de minería, de construcción y el propio sector de infraestructura. Entonces yo creo que es difícil atribuir este mejor momento a decisiones de política pública.

SEMANA: ¿Es sostenible seguir creciendo a punta del consumo de los hogares?

J.I.L.: La respuesta es no. Y por eso nosotros, aunque somos optimistas este y el próximo año, nos preocupa mucho que, si no tomamos medidas correctivas, este modelo se va a agotar. Y uno podría anticipar que en el 2027, 2028, estemos creciendo más cerca al 2 % que al 3 %.

SEMANA: ¿Por qué?

J.I.L.: Porque esas fuentes complementarias de ingresos de los hogares no van a seguir creciendo al mismo ritmo y eso de alguna manera va a desacelerar el gasto de los hogares. Y si no tenemos unos cambios de política que pongan de centro el clima de inversión, si no tenemos una recuperación de las cifras de inversión, en un par de años vamos a tener una economía que crece mucho menos y eso va a ser muy preocupante, no solo en sí mismo, sino porque un menor crecimiento también va a exacerbar el problema fiscal que es estructural y que es muy grave. Entonces, sí estamos en modo de reactivación, pero este modelo no va a ser sostenible por muchos años.

El gasto de los hogares ha impulsado el crecimiento de la economía, gracias a la dinámica en materia de ingresos, como remesas y más empleo.

SEMANA: ¿Y qué está pasando con la inversión?

J.I.L.: La inversión en lo corrido del año ha mostrado algunos síntomas de recuperación, pero es muy tímida. Colombia tiene un gran lunar frente a otros países de la región y es que las cifras de inversión no han podido recuperar los niveles prepandemia, mientras estamos hablando de un gasto en los hogares que es 25 % superior al que teníamos.

Ese desbalance entre consumo e inversión es atípico frente a pares regionales y tenemos unas brechas enormes. Hemos calculado que necesitamos más o menos proyectos de inversión del orden de 63 billones de pesos para recuperar esos niveles que teníamos en términos de tasa de inversión a la prepandemia. Y ese sería como un mínimo suficiente. Si uno es más ambicioso y quiere volver a tasas de inversión que teníamos hace una década, tenemos un faltante de proyectos del orden de 100 billones de pesos.

Si se quisiera recuperar la tasa de inversión de hace diez años, para Anif se requieren proyectos por 100 billones de pesos. | Foto: SEMANA

SEMANA: ¿Cuál es el gran reto?

J.I.L.: El gran reto, que es bien conocido, es que la situación fiscal, por un lado, va a impedir que el Gobierno tenga recursos importantes para inversión pública, y por otro, que obviamente un déficit fiscal persistente genera un efecto que se conoce en la literatura de crowding out y es que presiona las tasas de interés hacia arriba y eso hace menos rentables proyectos de inversión en el país.

SEMANA: Un dato que ha sorprendido mucho es el tema del empleo. ¿Qué tan sostenible es mantener este nivel?

J.I.L.: El tablero de control del empleo nos muestra señales encontradas. Unos meses hemos tenido creación de empleo formal, lo cual nos parece importante, pero en otros hemos tenido crecimiento en informalidad. No es claro cómo la reactivación está impulsando el mercado laboral. La tasa de desempleo tiene temas de participación laboral, es decir, uno puede tener una menor tasa de desempleo porque más colombianos no deciden participar plenamente en el mercado laboral. Por ejemplo, hay evidencia de que las remesas pueden inducir a algunos colombianos a no participar del mercado laboral porque reciben unos ingresos, pero todavía no queda muy claro cómo está jugando en este contexto. Creo que hay que celebrar la recuperación del mercado laboral en las cifras, pero tampoco nos podemos confiar en que esta es una recuperación sostenible, porque todavía nos quedan vacíos en términos de formalidad y de participación.

SEMANA: En materia de exportaciones, los buenos precios del café, por ejemplo, están influyendo, pero en medio de una situación en la que el peso se fortalece y además hay una incertidumbre arancelaria. ¿Cómo se explica esto?

J.I.L.: Es una buena pregunta y apunta a lo siguiente: primero las transacciones externas del país han sido muy favorables, entonces cuando uno ve los precios del café, cacao, palma, son precios que ya no están en máximos históricos, pero siguen manteniéndose altos, y eso obviamente ha generado una cosecha cafetera muy buena, ingresos en el sector del cacao muy buenos y así en varios rubros. Lo otro es que este contexto externo, que parecía tan incierto por la política comercial en Estados Unidos, por ahora no nos ha afectado de manera dramática. Colombia salió bien librada en el Día de la Liberación: el 52 % de la canasta está exenta y el otro 48 % tiene el arancel mínimo del 10 %, que eso en términos relativos lo deja igual o mejor frente a otros competidores. En un momento en que se veía tan crítico en términos de comercio, Colombia por ahora ha salido bien librada, pero eso podría cambiar, si se toman decisiones, por ejemplo, de aranceles.

Hasta ahora, Colombia ha salido bien librada en materia de aranceles hacia los Estados Unidos, incluso, por encima de las tensiones entre los presidentes Donald Trump y Gustavo Petro. | Foto: Javier Ghersi. Todos los derechos reservados./ Getty

¿Qué tanto podría impactar este mejor desempeño la revaluación? Creo que por ahora el efecto es moderado, porque hay que decirlo, buena parte de la revaluación del peso colombiano se explica por una revaluación del dólar. Entonces también frente a pares o frente a otros competidores, pues en términos relativos no nos hemos venido apreciando tanto.

SEMANA: ¿Se podría pensar que el incremento de las exportaciones es el miedo, identificado como adelantar las ventas al exterior antes de que se materialice alguna amenaza de aumentar aranceles o que las relaciones entre Trump y Petro se sigan deteriorando más?

J.I.L.: No es el grueso, entre otras, por el tipo de productos que vendemos y las relaciones estables que tenemos. A principio de año muchos decidieron aumentar los inventarios de insumos importados. No vimos un efecto muy fuerte. Lo que hemos visto es más bien estabilidad con un relativo buen desempeño y eso es algo que en alguna parte explica el hecho de que, por ejemplo, la gran competencia en muchos de los casos nuestros tiene que ver con productos asiáticos que si han estado o están gravados a aranceles más altos. Entonces, lo que estamos viendo es que se ha dado una oportunidad en medio de esta guerra comercial.