En el marco del Día Mundial del Retrete, instaurado por Naciones Unidas, vuelve a ponerse sobre la mesa una realidad que aún golpea con fuerza a millones de personas: la carencia de sistemas seguros de saneamiento. Más de 3.500 millones de habitantes en el mundo viven sin condiciones mínimas para garantizar prácticas de higiene adecuadas, una situación que agrava brechas sociales y sanitarias.

América Latina no es ajena. En la región, más de 440 millones de personas no cuentan con servicios de saneamiento adecuados y cerca de 160 millones carecen de acceso a agua potable segura, cifras que reflejan un problema persistente que afecta el bienestar y el desarrollo económico. En Colombia, la situación se evidencia de forma contundente: 1,4 millones de personas no disponen de puntos de lavado de manos, según UNICEF, y alrededor de 7 millones, equivalentes al 13 % de la población, no tienen suministro suficiente de agua potable, de acuerdo con la Encuesta de Calidad de Vida del Dane.

En Colombia, cerca de siete millones de personas aún no cuentan con suministro suficiente de agua potable. | Foto: Getty Images

Estas carencias también se reflejan en los baños públicos, donde la higiene y la experiencia del usuario han pasado a convertirse en indicadores de calidad. Un estudio de Tork señala que solo el 20 % de estos espacios cumple con las expectativas mínimas de limpieza, a pesar de que tres de cada cuatro usuarios esperan estándares moderados o altos. La percepción negativa no es menor: el 28 % de las personas reduce su estancia en un establecimiento cuando encuentra un baño en malas condiciones y el 23 % limita consumo de comida o bebida para evitar usar estos espacios.

Expertos del sector de higiene profesional resaltan que la adopción de tecnologías para dispensar insumos, reducir desperdicios y monitorear el estado de los baños en tiempo real permite enfrentar problemas recurrentes en estos espacios.

En el marco de esta conmemoración, distintos actores del sector insisten en que la infraestructura sanitaria debe ser vista como un factor central del desarrollo social. Espacios limpios, seguros y bien equipados no solo dignifican a las personas, sino que fortalecen la salud pública y mejoran la operación de los establecimientos.

Este 19 de noviembre, el llamado es a avanzar hacia baños dignos para todas las personas en América Latina. Un objetivo que requiere inversión y un compromiso institucional de que la higiene no es un servicio, sino una necesidad básica que no puede fallar.