La Superintendencia Financiera certificó el Interés Bancario Corriente (IBC) para la modalidad de crédito de consumo, vigente entre el 1 y el 31 de diciembre de 2025, el cual sirve como referencia para calcular la tasa de usura, es decir, el interés máximo permitido en el país antes de incurrir en el delito tipificado con ese mismo nombre.
De acuerdo con la Resolución 2134 de 2025, el IBC se fijó en 16,68 % efectivo anual, lo que representa un ligero aumento de dos puntos básicos frente al vigente en noviembre (16,66 %).
Ese indicador representa la tasa promedio que cobran las entidades financieras por sus créditos durante un período determinado, que en este caso fue del 31 de octubre al 21 de noviembre de 2025. Ese promedio se multiplica por 1,5 y así se obtiene la tasa de usura, que para diciembre será de 25,02 %. Un mes atrás estaba en 24,99 %.
Ese indicador es clave porque muchas entidades financieras suelen ajustar el costo de los créditos al mismo ritmo de la usura, en especial en lo que atañe a las tarjetas de crédito y a los préstamos de libre inversión, muy usados en el alto ritmo de gastos de las festividades de fin de año.
La Superfinanciera reiteró que estas decisiones se soportan en la información reportada por los establecimientos de crédito y aunque la diferencia entre noviembre y diciembre no parece muy grande, es un ajuste que sienten los deudores en sus cuotas mensuales.
Tanto la banca tradicional y como las fintechs llevan muchos años pidiendo eliminar la tasa de usura, pues argumentan que ese techo impide que les presten a las personas más riesgosas.