La necesidad de financiar el presupuesto de 2026 llevó a los técnicos del Ministerio de Hacienda a explorar todas las alternativas y a reiterar que las exclusiones tributarias no deberían aplicarse de forma general, pues terminan favoreciendo más a los ricos que a los pobres, dada su mayor capacidad de consumo.

Ese ha sido el argumento detrás de la eliminación del subsidio a la gasolina, pues se sostiene desde el Ejecutivo que solo las personas de mayores ingresos son las que tienen carro y que subsidiarles el combustible no es equitativo. Con la misma idea en el proyecto de la ley de financiamiento con el que se buscan 26,3 billones de pesos y que fue radicado este lunes 1 de septiembre, se plantea crear un impuesto al consumo de 19 % para servicios de esparcimiento, culturales y deportivos.

La justificación de este impuesto radica en que dichos servicios están excluidos del impuesto sobre las ventas con el objetivo de fomentar el acceso a estas actividades. Sin embargo, según la exposición de motivos del proyecto de Ley, esa exclusión en la práctica beneficia de manera desproporcionada a los hogares de mayores ingresos. “La asistencia a conciertos, eventos deportivos, espectáculos culturales y actividades recreativas de carácter comercial está altamente concentrada en los deciles superiores de ingreso, mientras que los hogares de menores recursos destinan una proporción marginal de su gasto a estos servicios”, sostiene el documento.

El ministro de Hacienda, Germán Ávila explicó que el impuesto al consumo del 19 % será para las boletas de eventos culturales y deportivos que valgan de 500.000 pesos en adelante, el resto de boletería que esté por debajo de ese valor se mantendría con la tarifa cero.

Tras el anuncio, desde Fenalco, gremio de los comerciantes que representa a muchos de los empresarios del entretenimiento, respondieron que gravar con 19% los conciertos, espectáculos y eventos deportivos “afectará directamente al turismo, la economía creativa y al empleo”.

Paralelamente, Camilo Arias, profesor de macroeconomía y economía colombiana de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de la Sabana, explicó que la medida se sustenta en el hecho de que la demanda por este tipo de actividades es relativamente inelástica, es decir, que aún cuando el precio suba, las personas que tienen ingresos altos seguirán asistiendo a estos eventos.

“La evidencia muestra que este argumento es generalmente cierto y significa que un aumento en el precio originado por el impuesto se traduciría en una reducción muy pequeña en la cantidad de asistentes”, reitera.

Es que justamente la preocupación por ese nuevo impuesto radica en el impacto que pueda tener sobre un sector del entretenimiento que cada vez pesa más en el PIB del país. La misma exposición de motivos del proyecto de ley de financiamiento señala que los servicios de arte, entretenimiento y recreación pasaron de tener un crecimiento real promedio de 3,4% entre 2006 y 2020, a una tasa promedio de 20,3% entre 2021 y 2024.

Un análisis de BBVA Research sostiene, además, que el consumo privado se ha consolidado como el principal motor del crecimiento económico del país y allí lo que más ha pesado es el gasto en entretenimiento, juegos de azar y servicios.

Ese consumo se evidencia en la creciente agenda de eventos que se ve en las principales ciudades del país y en la venta de boletería para conciertos que agotan las localidades en tiempo récord.

Conciertos como los de Shakira han tenido un gran impacto económico en el país. | Foto: El País

Aunque los conciertos ofrecen boletas de distintos precios, las empresas de venta de tiquetes señalan que pueden agruparse en tres rangos: el general, con promedios entre 137.000 y 200.000 pesos; el medio, entre 300.000 y 800.000 pesos, dependiendo de la popularidad del artista; y la gama alta o VIP, donde cada entrada puede superar el millón de pesos.

Desde Hacienda consideran que la solidez del sector del entretenimiento evitaría una caída en la venta de boleras y que, por el contrario, le debería servir “para contribuir de manera más equitativa al sistema tributario”. En la Dian estiman que ese nuevo impoconsumo a las boletas generaría recursos por 110.000 millones de pesos en 2026.