En Colombia, la demanda de crédito viene recuperándose en 2025, en especial los desembolsos para la categoría de consumo, la cual incluye las tarjetas de crédito, los préstamos de libre inversión, los rotativos, las libranzas, los destinados a comprar vehículos o para viajar. No obstante, el costo de estos préstamos viene al alza.

Los datos de la Superintendencia Financiera indican que la tasa de interés máxima que se puede cobrar por los créditos de consumo este año se ha movido entre 24 y 26 %. Esa tasa de interés se conoce como de usura, pues quien la supere incurre en el delito del mismo nombre.

En enero, la tasa de usura para los créditos de consumo fue de 24,89 % (porque se establece una tasa distinta para los diferentes tipos de préstamos). En febrero llegó al máximo de 26,3 %; posteriormente bajó al mínimo del año, en octubre, de 24,36 %, y para noviembre volverá a subir a 24,99 %.

Aunque la diferencia no parece muy grande, ese ajuste sí hace que los deudores deban pagar más por sus créditos y ratifica la preocupación de la banca tradicional y de las fintechs, que llevan muchos años pidiendo eliminar la tasa de usura, pues argumentan que ese techo impide que les presten a las personas más riesgosas.

La tasa de usura se calcula usando una medida, denominada el interés bancario corriente, que certifica mensualmente la Superintendencia Financiera.

Dicho indicador representa la tasa promedio que cobran las entidades financieras por sus créditos durante un período determinado, que en este caso fue del 3 de octubre al 24 de octubre de 2025. Ese promedio se multiplica por 1,5 y así se obtiene la usura.

Además de la usura para el crédito de consumo, se calcula otra para los préstamos productivos rurales, que para noviembre será de 27,39 %, y para los productivos urbanos, que es de 58,17 %. En ambos casos se refiere a la financiación de emprendimientos y pequeños negocios.

Existen otras dos certificaciones de usura para crédito popular productivo rural y crédito popular productivo urbano, destinados a negocios de la economía popular, que suelen ser menos formales; por ende, la usura es más alta: 73,56 % y 88,77%, respectivamente.

Tasas máximas de interés para noviembre de 2025. | Foto: Superfinanciera

Varios expertos han señalado que el consumo de los hogares se ha convertido en el principal motor de la economía nacional, pero expertos como Camilo Herrera, fundador de la firma Raddar, señalan que ese mayor gasto se está haciendo al debe, pues las obligaciones financieras de las familias colombianas están creciendo a un ritmo del 31 %, sin contar el crédito hipotecario.

El problema con el crecimiento acelerado del crédito de consumo es que se ha convertido en uno de los argumentos del Banco de la República para no bajar sus tasas de interés, hoy en 9,25 %, y que sirven como guía para las demás tasas de interés de la economía nacional.

En el Emisor buscan evitar que ese mayor consumo lleve a un recalentamiento del gasto, que a su vez genere carestía.