En diciembre la gente se desborda en alegría. Pero también en el consumo de alcohol. Mucho lo hacen porque no conocen cómo funciona el metabolismo de esta sustancia psicoactiva. Para ilustrarlos, el psicólogo Camilo Mendoza recopiló los 10 puntos más importantes para disfrutar esta época sin guayabos ni lamentaciones por un consumo desbordado de alcohol. La borrachera se produce cuando la persona consume más cantidad de alcohol en un tiempo menor al que requiere el hígado para metabolizarlo. Este órgano tiene una velocidad de procesamiento, al igual que todo el sistema digestivo. Por ejemplo, dos whiskies o dos aguardientes se procesan en una hora en el hígado. Si una persona excede esa dosis, entrará en estado de embriaguez más rápido. Los expertos sugieren hacerlo pausado para que no pierda el control. Las lagunas relacionadas con el alcohol se producen porque el hipocampo, que es la parte del cerebro que se encarga de la memoria y del espacio en tiempo, no alcanza a procesar la información en tiempo real. Si alguien consume con más frecuencia e intensidad de lo que el hipocampo puede almacenar se afectará la memoria. Pueden ser momentos de olvido o lagunas de horas. Todo depende de la velocidad y la intensidad con que consuma. Al otro día cuando el nivel de alcohol en la sangre baja algunos pueden recuperar imágenes porque alguien se las recuerda o porque en el proceso de desintoxicación le van llegando. Son fotos del episodio de consumo, pero lo más seguro es que la mayoría de personas no recuerden nada. Son tres las etapas del alcohol: la eufórica, que es la inicial, la segunda que es la de relación, y se manifiesta con la desinhibición. Hasta ese momento las emociones que viven las personas son positivas. Luego, al otro día se presenta la fase depresiva y es la que se conoce como resaca. El malestar fisiológico va a afectar negativamente las emociones y esto depende de qué comportamiento o conducta tuvo el sujeto durante el consumo. Si se excedió muy probablemente habrá reproches al otro día de las personas con quien el comparte su vida y eso generará culpa, arrepentimiento y vergüenza. El guayabo se produce por un proceso de deshidratación del cuerpo y acomodación de los neurotransmisores. Biológicamente la resaca es un proceso de deshidratación ya que el hígado requiere del agua de todo el cuerpo, incluso la del cerebro. Esto, a su vez provoca los malestares físicos. Pero también se pueden producir malestares emocionales. Es el llamado guayabo psicológico y se da porque hay olvidos, reproches y culpas, debido a las acciones desbordadas producto de la desinhibición. Son síntomas de depresión que aparecen en la etapa de desintoxicación del alcohol. En esa fase el guayabo fisiológico y el psicológico van de la mano. Puede leer: Cuáles son los países que más alcohol consumen (y cuál es la razón científica que lo explica) No es recomendable manejar los problemas emocionales con alcohol. La navidad es época de balances y eso exalta las emociones. Es cuando la gente hace revisión de lo que hizo y de lo que no pudo lograr. Una persona no debe consumir alcohol si está demasiado eufórica pero tampoco si está muy deprimido o viene de un período de melancolía. No es sugerido usar el alcohol para enfrentar estos sentimientos porque seguramente le van a empeorar estos síntomas. Mendoza considera que lo mejor es poder ver la navidad desde su significado y separar la celebración de los excesos de alcohol. Los errores al tomar trago entre los colombiana son variados. Entre ellos están tomar un trago en menos de una hora, enfocarse en el consumo de alcohol y no en la reunión y no tener el estómago lleno al empezar a beber. Haber comido ayuda a que el alcohol no pase directo al hígado o al cerebro. La comida hace ese proceso más lento. Otro aspecto que las personas no contemplan es ver qué trago van a consumir, porque el whiskey, el vodka o el aguardiente tienen casi 40 por ciento de alcohol, entonces deben consumirse lentamente para no perder el control. Los vinos y cervezas tienen menos porcentaje de alcohol y con ellos la gente puede no embriagarse tan rápido. Mezclar los tragos con agua es una buena solución. Hay cuatro tipos de consumidores: Los ocasionales sociales, que tienen consumo moderado y responsable. Lo hacen dos veces al mes, son seis siete cervezas en 30 días y sin que la personas pierda el control. Un segundo tipo de consumidor es el que tiene problemas situacionales problemáticos y por ejemplo, cada 20 días se excede perdiendo el control, con lagunas y conductas imprudentes. Este tipo de consumidor debe revisar su hábito. Un tercer consumidor es el que abusa: es aquel que toma cada ocho días con pérdidas de conciencia y de control y a pesar de su negativa experiencia lo vuelve a hacer. El cuarto es el dependiente, que consume dos, tres o cuatro veces por semana con excesos. Es el alcohólico crónico y tendría que enfocarse en tratamiento para dejar de consumir del todo. La intervención en los tres primeros casos debe ser breve y dirigida por un profesional. Antes de los 18 años no es aconsejable consumir alcohol. Muchos adultos que presentan problemas con la bebida seguramente empezaron su consumo en la adolescencia y antes de los 18 años. Para Mendoza es importante que los colombianos enseñen con el ejemplo y por eso les recuerda que las fiestas infantiles son para niños, no para adultos, y por eso no debería haber consumo de alcohol en estos espacios. A un menor de edad no se le debe dar alcohol. Y si lo decido hacer debe ser con una guía para que aprenda a hacerlo moderadamente. El psicólogo explica que antes de los 18 años el cerebro aún está consolidando muchas funciones y si consume alcohol en esa etapa su neuroquímica está tolerando esta sustancia, es decir ya la ha procesado y la ha recibido. Si hay predisposición familiar puede desarrollar problemas. El alcohol mezclado con otras drogas no es una buena idea. Muchos lo hacen bajo unos mitos que el experto considera erróneos. Uno de ellos es pensar que el alcohol es neutralizado por la cocaína pero la verdad es que es perjudicial porque en realidad está ingiriendo dos sustancias: una es relajante y la otra estimulante. Mezclar el alcohol con algún tipo de psicoactivo ilegal traerá peores consecuencias. Consumir bebidas energizantes con energizantes yes lo mismo que cocaína con alcohol, pero el lío es que energizante es legal no lo recomiendo porque es lo mismo y es nocivo. La educación es clave. Mendoza sugiere que la gente se informe y de buenas fuentes para entender más su relación con esta sustancia psicoactiva. Según él, es una droga, pero legal y al serlo la percepción del riesgo baja y por eso vienen los desbordes. La sugerencia es educarse y que el objetivo no sea consumir alcohol sino compartir con la familia. Cuando la gente presenta problemas por el consumo debe consultar con un experto porque estos conflictos resultan en más consumo de alcohol. Aunque los colombianos tienen una cultura alegre, deben aprender a separar la alegría y la euforia del desborde de consumo porque no deberían interferir.