La Vía al Llano es mucho más que una carretera, representa una arteria esencial para la economía, la conectividad y el desarrollo social de Colombia. Su papel estratégico en la integración del centro con los Llanos Orientales la convierte en un eje fundamental para el transporte de bienes, alimentos y combustibles, además de fortalecer el tejido productivo y comunitario de la región.
Durante el panel 'Una región que avanza con ordenamiento territorial’, realizado en el foro Semana por Colombia Villavicencio y Meta, los expertos coincidieron en que el mayor reto para el desarrollo del territorio sigue siendo la conectividad.
“Uno de los retos más grandes es la conectividad. El tema del río Meta, el aeropuerto y el transporte férreo, la conexión intermodal y estas decisiones implican el compromiso del nivel nacional. No podemos seguir dependiendo de una sola infraestructura que nos conecta con el resto del país”, dijo William Medina Caro, director del Departamento Administrativo de Planeación Departamental del Meta.
Jhorman Saldaña, director de Cormacarena, resaltó la relevancia de la infraestructura que une a Bogotá con Villavicencio y el oriente colombiano, al considerarla una de las obras más estratégicas del territorio nacional. Recordó que esta vía es el principal corredor logístico entre la capital y los Llanos, y subrayó que las obras deben ejecutarse de la mano con las comunidades.
“Las vías se deben trabajar con la comunidad y hacer una compensación ambiental. Concientizamos a la población; en una zona dominada por grupos armados, le hemos ganado terreno a la guerra y lo que viene para los municipios es un desarrollo muy fuerte”, afirmó.
Por su parte, Ricardo Postarini, gerente general de Coviandina, lamentó que no se le haya dado la relevancia que merece esta arteria vial. Consideró que cada mejora en su infraestructura representa nuevas oportunidades para las comunidades rurales, un aumento del turismo y la llegada de inversiones. Advirtió, sin embargo, que su sostenibilidad depende de una planificación integral que combine mantenimiento, innovación tecnológica y gestión ambiental.
“Lamentablemente, el Llano está abandonado por el Gobierno, no solo por este, sino por los anteriores. No se ha avanzado en la vía Buenaventura–Puerto Carreño, que costará varios centenares de billones. Lo primero que hay que hacer es que el corredor Bogotá–Villavicencio funcione y se nombre un gerente de la vía. Se deben evitar esos paros que perjudican al campesino y a la gente que quiere sacar su producto de los Llanos”, expresó.
El debate dejó en evidencia que el fortalecimiento de la Vía al Llano debe ser una prioridad nacional, no solo por su impacto económico, sino por las oportunidades de progreso que representa para miles de familias del oriente colombiano.