En un momento histórico en que los algoritmos pueden diagnosticar debilidades de aprendizaje y adaptar contenidos al instante, la educación se encuentra ante una bifurcación: adoptar la inteligencia artificial (IA) como aliado para empoderar estudiantes y docentes, o dejar que las tensiones tecnológicas agraven desigualdades, silencien la creatividad y minen la autonomía humana.

Expertos nacionales e internacionales ilustran los dos rostros de la IA educativa, sus impactos positivos y sus riesgos, en una exploración visual que presenta lo que está en juego para la enseñanza del siglo XXI.

Andreas Schleicher

Director de Educación y Habilidades de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) y creador del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (Pisa).

Lo bueno: la IA puede transformar la educación al ofrecer un aprendizaje más personalizado, dinámico y experimental, capaz de adaptarse a las capacidades e intereses de cada estudiante.

Lo malo: pero cuando la tecnología sustituye el razonamiento humano, se aprende menos; la IA amplifica tanto las buenas como las malas prácticas y puede agravar desigualdades si no se usa con criterio.

director de Educación y Habilidades de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) y creador del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (Pisa). | Foto: ©OECD/Marco Illuminati

Raquel Bernal

Rectora de la Universidad de los Andes

Lo bueno: si se integra con propósito pedagógico, la IA puede personalizar la enseñanza, reducir brechas y fortalecer lo que solo los humanos saben hacer: pensar, crear y actuar con ética.

Lo malo: sin políticas equitativas y una base humanista, la IA puede profundizar las desigualdades, vaciar de sentido la enseñanza y debilitar la reflexión crítica en la educación.

Raquel Bernal, rectora de la Universidad de los Andes | Foto: Universidad de los Andes-API.

Paulo Blikstein

Profesor asociado en el Teachers College de la Universidad de Columbia, donde dirige el Laboratorio de Tecnologías de Aprendizaje Transformativo.

Lo bueno: la IA puede revolucionar el aprendizaje creativo, ayudando a los estudiantes a inventar, explorar y construir conocimiento en lugar de limitarse a consumirlo.

Lo malo: pero si el control educativo pasa a las grandes tecnológicas o los algoritmos reemplazan el trabajo cognitivo, corremos el riesgo de formar usuarios dependientes y no pensadores críticos.

Profesor asociado en el Teachers College de la Universidad de Columbia, donde dirige el Laboratorio de Tecnologías de Aprendizaje Transformativo. | Foto: Bruce Gilbert-AP Images

Catalina Londoño

Directora global de incorporación de clientes: Integridad en Turnitin.

Lo bueno: utilizada con ética y acompañamiento docente, la IA puede fortalecer la integridad académica, mejorar la retroalimentación y promover un aprendizaje auténtico.

Lo malo: sin el juicio humano, los algoritmos de detección o evaluación pueden generar decisiones injustas y reducir la educación a un proceso controlado por datos.

Directora global de incorporación de clientes: Integridad en Turnitin. | Foto: Catalina Londoño-API

Freddy Vega

CEO de Platzi

Lo bueno: la IA está generando una brecha cognitiva entre quienes la usan para pensar mejor y quienes la emplean para hacer tareas sin aprender; bien usada, puede potenciar la autonomía y la capacidad creativa del estudiante.

Lo malo: pero la sustitución del esfuerzo humano por algoritmos es inevitable si no cambia el modelo educativo; Vega advierte que hay que abandonar las tareas mecánicas y recuperar un aprendizaje basado en la interacción y el pensamiento humano

CEO de Platzi. | Foto: Freddy Vega-API.

Stefania Giannini

Subdirectora general de educación de la Unesco

Lo bueno: la IA ofrece oportunidades para ampliar el acceso y la calidad educativa si se implementa con principios éticos que protejan la autonomía y la privacidad de docentes y estudiantes.

Lo malo: sin regulación y formación, puede acentuar desigualdades y desplazar la dimensión humana del aprendizaje, debilitando la misión social de la educación.

Subdirectora general de educación de la Unesco. | Foto: UNESCO-API.