Durante el verano los transeúntes de La Gran Manzana se acostumbraron a toparse a menudo con Meryl Streep, Anne Hathaway, Emily Blunt y Stanley Tucci. Estos grandes de Hollywood no estaban precisamente de vacaciones en combo, sino rodando la segunda parte de esta cinta de culto que se volvió parte de la vida de sus millones de fans desde su estreno en 2006.

Basada en la novela El diablo se viste de Prada, de Lauren Weisberger, la película satiriza el mundo de la moda, a partir de la historia de Andy Sachs (Hathaway), una recién graduada de periodismo ansiosa de iniciar su carrera. La oportunidad llega cuando la revista Runway la contrata como asistente de Miranda Priestly (Streep), en quien se ha visto una evocación de Anna Wintour, la conocida editora de Vogue, publicación que también inspiró el argumento.

Sachs experimenta toda una peripecia al tratar de cumplir con las exigencias de su implacable jefe, mientras lucha por mantener a flote su noviazgo.

Dos décadas después, la legendaria Wintour ha dejado su puesto en Vogue, que pisa un terreno difícil, porque las revistas impresas ya no ostentan el peso de antes, por la revolución digital. El diablo viste a la moda, en cambio, se mantiene incólume, reconocida como una de las comedias más ingeniosas del siglo, gracias a las magistrales interpretaciones de su elenco, comentó Variety.

En su momento el filme fue un éxito, con un recaudo de 326 millones de dólares en taquilla. Empero, por años se puso en duda la secuela anhelada por sus admiradores, que debieron contentarse con verla una y otra vez o reírse con memes y parodias basadas en frases típicas del sarcasmo de Miranda como: “Por supuesto, muévete a paso de tortuga. Sabes que eso me encanta”.

En abril de 2024 Hathaway seguía creyendo que jamás se daría una continuación, le declaró a Extra. Si así fuera, dudaba que los productores contaran con ella y el resto del elenco de 2006, en aras de lograr una historia ajustada a la actualidad. Emily Blunt, informó People, también era escéptica, pues una segunda parte podría diluir lo especial que fue la primera.

Lo mismo pensaban David Frankel y Aline Brosh McKenna, director y guionista de la película, respectivamente, pero cambiaron de opinión y concluyeron que valdría la pena explorar el mundo de las revistas en la era digital. Disney anunció la nueva entrega en julio de 2024 y las filmaciones arrancaron en junio pasado.

Ahora Miranda afrontará el declive de la industria. Ella, tan altiva, se verá a expensas de su exasistente Emily Charlton, el rol de Blunt, convertida en una poderosa ejecutiva del mercado del lujo, con un jugoso presupuesto que necesita desesperadamente, adelantó Variety.

No se tiene noticia del destino de Andy, quien al final de la primera parte deja Runway por un trabajo en un periódico. Se especula que el nuevo guion podría tomar elementos de Revenge Wears Prada: The Devil Returns, la continuación del libro lanzado en 2013. Allí, diez años después, Andy y Emily han ascendido a editoras de grandes revistas y Miranda retorna sigilosamente a la vida de la primera.

En cuanto al elenco, vuelven los protagonistas principales, Streep (es su primer rodaje desde 2021), Hathaway, Blunt y Tucci. Entre las nuevas adquisiciones están Lady Gaga, Lucy Liu, Justin Theroux, Pauline Chalamet (hermana de Thimotée) y Kenneth Branagh, como el esposo de Miranda. Adrian Grenier no encarnará al novio de Andy.

La cinta se estrena en mayo próximo, pero ya causó polémica. El set en las calles de Manhattan ha sido como una invitación abierta a los paparazzi y el público para curiosear. Ellos no han desaprovechado la oportunidad para llenar los medios y las redes sociales de imágenes de Andy, Miranda y compañía de nuevo en acción, así que revistas como Vogue y Marie Claire protestaron por la omnipresencia invasiva de las cámaras.

Tanta exposición del rodaje, anotaron, supone un riesgo de spoilers, que suscitan una real fobia en algunos espectadores. Ya se sabe que las actrices lucirán prendas de Dior, Gaultier y Gabriela Hearst, lo que puede arruinar la expectativa a una cinta de moda como esta, opinó Esther Zuckerman, columnista de The New York Times.

De hecho, el vestuario ha sido criticado duramente y así ha comenzado el desastre de imagen para otras producciones antes de concluir su filmación. Por eso, los productores de la secuela de El diablo viste a la moda 2 están siendo llamados a un poco de más reserva, para que la verdadera emoción del reencuentro con sus admiradores se dé, como Dios manda, en las salas de cine y no en TikTok.