Antes de que la modelo Angélica Hernández tuviera que vivir el peor momento de su vida, ella era una mujer feliz y exitosa, que gozaba de una fama en ascenso que le había dejado su participación en ‘reality show’ y que aprovechó al máximo para continuar trabajando a través de sus redes sociales.

“Antes era todo muy orgánico, pero luego de El Desafío empecé a trabajar con muchas marcas, fui a muchos eventos fitness; todo esto hizo que mis redes se pusieran muy interesantes y mi carrera avanzara mucho más, porque yo fui una de las pioneras en lo ‘fitness en Colombia’, porque en esa época en Cali no se veía nada de eso. Entonces, después del reality yo seguí trabajando muy fuerte, siempre promoviendo la buena salud, los buenos hábitos”, expresa la empresaria, quien nunca se imaginó que por un mal negocio iba a tener que vivir semejante infierno que se le avecinaba.

Angélica siempre buscaba un “gana-gana” con las marcas que trabajaba y promocionaba en sus redes sociales, siempre buscando productos o servicios que iban de la mano con el estilo de vida que Hernández mostraba, en el que el cannabis siempre fue una constante.

“Actualmente tengo 35 años y hago parte de la cultura cannábica desde hace 14 años. Soy una persona que tiendo a consumir todo natural y si yo me tomo una proteína o algo, lo estudio. Además de eso, he sido una persona que siempre ha sufrido de ansiedad, lo que hace que mi trabajo se dé a un ritmo muy acelerado, entonces el cannabis me ha permitido tener una mejor calidad de vida, me ayuda a dormir mejor, a trabajar mejor y siempre teniendo en cuenta que soy una persona en escala de grises, que no dependo de dicha sustancia, porque todo en exceso es malo, como comer mucha comida chatarra o incluso beber agua más de lo debido”, aclara Hernández.

Así es como llega el embrollo más grande de su vida, a través de un grupo de personas que hacían parte de la cultura cannábica ofreciéndole unos productos (gomas, vapeadores y spray) traídos de Estados Unidos que ella recibe, investiga, comprueba que todo aparentemente está bien con ellos y los prueba, comprobando que, según ella, tienen muchos beneficios y atributos, lo que la lleva a aceptar la propuesta de promocionarlos en sus redes, cometiendo un solo error: no corroborar cómo eran traídos a Colombia.

La sorpresa que Angélica se llevó luego fue inmensa cuando llega un equipo del CTI a su apartamento en Medellín diciendo que tienen una orden de captura en su contra desde la ciudad de Armenia, donde había un grupo de “muchachos” que manejaban la marihuana artesanalmente y ella estaría involucrada en ese meollo por ser su “influenciadora oficial”.

“Mis abogados hicieron un trabajo arduo para demostrar, desde las primeras audiencias, que yo no tenía nada que ver con los tales ‘académicos’, quienes ya tenía una investigación anterior por un caso de una menor que se intoxicó por consumir los productos de ellos. La Fiscalía debía hacerme un proceso que se denomina ruptura procesal, que dice que me tienen que separar de esa investigación y me tienen que abrir una nueva a mí, pero no lo hicieron”, declaró Hernández.

Angélica terminó privada de la libertad en una ciudad que ella no conocía y durante su primer trimestre de embarazo, todo en medio de la contingencia de la pandemia por covid-19. Además, durante ese tiempo tuvo que ser intervenida quirúrgicamente porque le salió un tumor que debían retirar, todo en el quinto mes de gestación.

Finalmente, en su séptimo mes de embarazo un juez de la República le dio el beneficio de casa por cárcel y así Angélica pudo tener a su bebé fuera de la prisión y hasta disfrutar de su retoño durante los primeros meses, mientras cumplía su incapacidad por maternidad. Luego de que esta se acabara, Hernández tuvo que volver a la cárcel física hasta mayo de 2022, mes en el que un juez le volvió a dar pena domiciliaria por ser madre cabeza de hogar hasta que recobró la libertad en agosto.

Los delitos específicos por los cuales procesaron a Hernández fueron corrupción de alimentos, concierto para delinquir agravado por narcotráfico y estímulo de una sustancia ilícita.

En marzo de este año, cuando Angélica aún estaba tras las rejas, recibió una visita de un fiscal de Bogotá que le propuso un preacuerdo que consistió en aplicar una figura que se conoce como “tentativa inacabada”, con la que su pena por esos tres delitos se podía redondear a 36 meses y así la también modelo podría solicitar la libertad condicional mucho más rápido, acuerdo que se dio y por eso Hernández ahora está fuera de la penitenciaría, asunto que incomodó mucho a su familia; sin embargo, ella prefirió aceptar el acuerdo con los cargos y delitos para así estar más rápido cerca de sus hijos.

“Si yo cometí un error, fue haber salido en las redes sociales haciéndole publicidad a un producto que en Colombia no está legal… Para muchos esto puede ser lo peor de la vida. Sin embargo, esta experiencia me sirvió para renacer y próximamente lanzaré un libro con toda mi historia, que se demorará un poco porque pienso imprimirlo y promocionarlo yo misma, sin necesidad de una editorial”, afirma la influencer, quien tendría su libertad total en julio de 2023 y solo hasta esa fecha podría salir del país sin necesidad de un permiso firmado por un juez.