Luis Alfonso, uno de los artistas de música popular más importantes del país en la actualidad, se ha ganado el cariño de millones de personas en el mundo, pues gracias a su talento en el género y a los temas que ha compartido con sus seguidores, se posicionó en la industria y ha cumplido muchos de sus objetivos.
En entrevista con SEMANA, ‘el Señorazo’ se sinceró sobre algunas de las situaciones más dolorosas que ha tenido que atravesar a lo largo de su vida.
“Ha habido muchos momentos donde he sentido que, sinceramente, he querido coger el monte, y son momentos de la vida muy diferentes, pero la verdad, pues, me llevaban al mismo pensamiento. Por ejemplo, cuando estaba Agustín muy chiquito, que estuvo muy enfermito, y estuve para enloquecerme”, dijo.
No obstante, dejó en claro que, en la actualidad, su hijo se encuentra mucho mejor de salud y está viviendo a plenitud sus años de infancia en compañía de sus hermanos.
Por otro lado, recordó momentos difíciles a nivel económico, en los que no tenía la capacidad de cubrir algunas necesidades básicas para subsistir, lo cual trajo como resultado ciertas carencias para él y para su familia.
“También cuando no vendíamos ni un tamal en un derrumbe, que no vendíamos nada, que no sabíamos ni cómo íbamos a comprar una bolsa de leche para hacer el almuerzo. En ese momento: ‘Decía Diosito, ¿yo qué voy a hacer?’ Bueno, no sabíamos qué hacer”, afirmó.
Luis Alfonso habló de las complicaciones que enfrentó por culpa del alcohol
Otra de las épocas duras para el intérprete de Contentoso y Chismofilia fue el momento en el que se dejó consumir por el gusto al alcohol y este terminó llegando a afectar sus dinámicas familiares.
“Cuando ya empecé a coger de pronto centavitos, hubo un tiempo que me puse muy loquito, y a toda hora era bebiendo, ahí loqueando y huevoneando, y una vez por ahí de tanto beber sentí que toqué fondo porque me enfermé”.
Agregó: “Duré mudo casi un mes, con problemas en la casa porque me emborrachaba y me crecía otra hue*#, entonces me agarré a ofrecerle trompadas al suegro y me creía pues un hijue*#@, pues un ‘sayayín’, y al otro día, me tocaba pedirle perdón a todo el mundo".
Finalmente, reflexionó sobre estas situaciones y se mostró agradecido por los cambios que han podido implementar para mejorar a nivel personal y artístico.
“Son muchos momentos en la vida que pasa uno, que madura, y le da gracias a Diosito, por aprender a vivir la vida sin los excesos y sin las cosas que le resten, prácticamente”.