Mario Hernández es uno de los empresarios colombianos más reconocido y querido por los ciudadanos. Han sido décadas de trabajo y por eso tiene toda la autoridad para hablar del emprendimiento en el país.
Durante la pandemia sostuvo a todos sus empleados y continúo pagándoles sus salarios a pesar del aislamiento obligatorio que se implementó en aquella época.
Si no hubiera tenido una empresa con solidez financiera, nada de eso hubiera pasado. Por esa razón, explica que lo más importante para crear una empresa es ser ordenado y tener claro que sin flujo de caja nada se podrá hacer. Además, les dice a quienes quieren empezar a emprender que deben ser persistentes y no desistir ante el primer problema.
“Nunca pensé que me había equivocado, siempre pensé que había que salir adelante y mirar qué tipo de producto quería la gente. Fui terco y eso me sirvió”.
Mario Hernández cree que muchas personas que deciden emprender quieren obtener ganancias de inmediato y aclaró que eso no es posible.
“Falta la imaginación y la constancia, lo que pasa es que quieren ser ricos en un día y eso es imposible. Eso es como la vida, hay que nacer empeloto, gatear, caminar, caerse y pararse. Todo es con tiempo y Dios se inventó muy bien esto y nada es de un día para otro, si alguien se gana la lotería y no sabe trabajar, pues se gasta la plata".
Además, cree que uno de los errores más comunes es el de gastar en cosas innecesarias y puso un ejemplo de lo que le pasó a él hace unos años.
“A veces compran cocas innecesarias. Mire que yo en el año 1977 me compré un Alpha Romeo y después me pregunté para qué. Un carro no da para negocio, el negocio sí da para carro así que lo vendí y me compré un Renault 6 y me quedó plata para invertir en el negocio".
Agregó: “No me acuerdo cuánto costó ese carro, pero lo compré, lo tuve y me arrepentí. Uno debe comprar cosas que sirvan”.
El reconocido empresario confiesa que “el hambre hace falta” porque se valoran las cosas y que eso es lo que se necesita para que haya imaginación y ganar de generar empleo.
“El hambre y la responsabilidad me ayudaron porque yo era el mayor de cuatro hermanos, ayudaba en mi casa cuando vivíamos en un inquilinato y fuimos mejorando la calidad de vida poco a poco. Todos ayudábamos en la casa”.
Durante la conversación con Sin Filtro en SEMANA, Mario Hernández contó que inició como mensajero siendo menor de edad y que desde ahí empezó a trabajar hasta la fecha. Además, explicó como logró conformar su empresa, consolidarla y ser una de las más exitosas.