Cuando una mujer lidera, transforma. Lo he visto a lo largo de mi trayectoria y lo vivo cada día al frente de la Lotería de Cundinamarca, una empresa con más de dos siglos de historia que hoy se renueva gracias al compromiso, la innovación y la sensibilidad de un equipo diverso en el que la presencia femenina tiene un papel fundamental.
Hablar del liderazgo femenino es relatar de una manera distinta cómo ver y hacer las cosas. Las mujeres lideramos desde la empatía, la escucha y la conexión con las personas. No se trata únicamente de ocupar cargos de dirección, sino de construir espacios en los cuales la confianza, el trabajo colaborativo y la inteligencia emocional sean motores del cambio. En tiempos en los que el mundo demanda líderes más humanos y resilientes, el liderazgo femenino se convierte en una respuesta natural y necesaria.
En la Lotería de Cundinamarca, he encontrado en cada mujer del equipo una fuente inagotable de fortaleza y compromiso. Ellas no solo aportan resultados, sino también una visión profunda del propósito: generar bienestar para los cundinamarqueses. Liderar una entidad como esta implica tomar decisiones estratégicas e inspirar, escuchar y motivar; es equilibrar la firmeza con la comprensión, la razón con el corazón.
Sin embargo, el camino no siempre ha sido fácil. Las mujeres seguimos enfrentando resistencias sutiles en entornos donde aún se cuestiona nuestra autoridad o capacidad. La brecha de género, los techos de cristal y los prejuicios son realidades que, aunque han disminuido, persisten. Pero frente a ellos, la mejor respuesta ha sido la excelencia, la preparación constante y la convicción de que los resultados hablan por sí solos.
Hoy, más que nunca, es momento de reconocer que el liderazgo femenino no compite, complementa. No se trata de reemplazar estilos, sino de integrarlos. De sumar sensibilidad a la estrategia, empatía a la planeación y visión humana a la gestión. Las organizaciones que entienden esto se vuelven más sostenibles, innovadoras y coherentes con los tiempos actuales.
Como mujer, abogada y servidora pública con más de veinticinco años de experiencia, he aprendido que liderar es inspirar. Que el verdadero poder está en construir equipo, en valorar las diferencias y en abrir caminos para quienes vienen detrás. Cada mujer que asume un reto, que alza la voz o que toma decisiones desde la ética y la pasión, está transformando estructuras y demostrando que el liderazgo tiene rostro de mujer.
En la Lotería de Cundinamarca seguimos apostando por esa transformación. Porque creer en el liderazgo femenino no es una moda, es una apuesta por el futuro. Y cuando las mujeres lideran con propósito, la suerte, al igual que la vida, se construye con determinación, empatía y esperanza.
Por Maribel Córdoba, gerente general de la Lotería de Cundinamarca