La relación entre Estados Unidos y Colombia volvió a tensionarse tras los comentarios del presidente Gustavo Petro, quien responsabilizó al secretario Marco Rubio de su inclusión en la llamada lista Clinton.
El Departamento de Estado respondió con firmeza y aclaró que las sanciones son personales y no afectan al pueblo colombiano.
En días recientes, el presidente Petro expresó en su cuenta de X que su inclusión en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE. UU. representa “un profundo acto de grosería” y “una humillación” hacia Colombia.
Además, acusó directamente a Marco Rubio, secretario de Estado, de influir en la decisión, señalando que habría sido aconsejado por un grupo en Florida vinculado a políticos colombianos con presuntos lazos mafiosos relacionados con el narcotráfico.
Gustavo Petro comparó la situación con hechos históricos como el “robo de Panamá”, asegurando que la medida dejará una marca imborrable en la memoria de las futuras generaciones latinoamericanas.
Washington aclara el alcance de las sanciones
Frente a las acusaciones, el Departamento de Estado envió un mensaje a NTN24 reafirmando que las sanciones impuestas durante la administración Trump están dirigidas únicamente contra Gustavo Petro, su familia y el ministro del Interior, Armando Benedetti. El comunicado subrayó que estas medidas no buscan afectar al pueblo colombiano.
“La administración Trump impuso sanciones directas contra el presidente Gustavo Petro, miembros de su familia y el ministro del Interior, Benedetti, no contra el pueblo colombiano. A pesar de las diferencias políticas con el presidente colombiano Petro y sus ataques infundados contra el secretario Rubio, Estados Unidos sigue comprometido con su larga relación con el pueblo colombiano”, señala el comunicado, según NTN24.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, indicó que la decisión responde a la presunta inacción del mandatario frente a los carteles de droga, y que Estados Unidos continuará tomando medidas para proteger su territorio y combatir el tráfico de estupefacientes.
La postura de Washington, según el comunicado, mantiene el compromiso con la relación histórica entre ambos países a pesar de las diferencias políticas con el mandatario colombiano.