Tras la difusión de un video en el que dos jóvenes mantienen relaciones sexuales en un teleférico, la vida les dio un giro de 180 grados que no solo ha tenido sanción social, sino consecuencias financieras.
Los hechos se registraron hace varias semanas en Guayaquil y la filtración del video despertó polémica más allá de la ciudad ecuatoriana.
Las cámaras de seguridad pusieron en evidencia a la pareja, la cual, aparentemente, no se percató de que era observada, previo a mantener el encuentro íntimo. Ambos aprovecharon la ausencia de otros pasajeros para protagonizar un clip que los dejó como blanco de críticas.
“Señores usuarios de la cabina 117, les recuerdo que están siendo monitoreados por las cámaras de seguridad, en la siguiente estación serán desembarcados por personal de seguridad”, se le escuchó decir a un funcionario a través de los altavoces, según recogió el diario La República.
Los ecuatorianos afirmaron que emprenderían acciones legales contra quien difundió el video, así como la empresa en la cual trabajaba uno de ellos, pues terminó despedido al confirmarse su identidad. Ello ha derivado en un declive económico para los dos y hasta la dificultad para pagar el seguro médico.
Así les ha cambiado la vida
Según medios internacionales, la mujer en el clip tiene un hijo de cuatro años y se vio obligada a renunciar a un empleo en el cual no llevaba más de veinte días, todo por el acoso que desataron las imágenes. Según expresó la mujer, el hostigamiento ha llegado al punto de recibir mensajes con ofrecimientos sexuales.
“Mi situación es grave. He tenido que suspender mis actividades académicas. No puedo salir a la calle, los hombres que me identifican en la calle me faltan al respeto. Tuve que renunciar a un trabajo que conseguí hace pocas semanas por lo que me está pasando. Ya no puedo dormir, tengo ansiedad, depresión, quiero aislarme de todo el mundo”, expresó la mujer.
El acoso ha traspasado el espectro digital, pues según aseguran los afectados por la divulgación, hasta sus vecinos y otros conocidos los han convertido en blanco de burlas y cuestionamientos. Además, según afirmó el abogado de los jóvenes, Pavlov Rodríguez, han sufrido suplantación de identidad.
El clip llevó a suspender cirugía
En conversación con el diario Extra, Rodríguez detalló las acciones legales que se emprenderán por los daños generados. Una de estas va en contra del Consorcio Aerosuspendido de Guayaquil, hacia el individuo que replicó las imágenes en redes sociales y la compañía donde trabajaba el hombre grabado.
Este tenía prevista una cirugía para enfrentar un padecimiento que lo aqueja desde hace algún tiempo y que, por ahora, permanece en vilo.
“Mis clientes no cometieron ningún delito, ninguna infracción o contravención. La Constitución y el Código Orgánico Penal entienden que este tipo de actos que podrían llamarse inmorales, pero no son ilegales”, señaló el letrado a ese medio. Las medidas serían interpuestas de manera independiente por los implicados en el clip.
Rodríguez agregó a ese diario que buscan una reparación a nivel “material e inmaterial, va a haber tratamientos psicológicos, situaciones complejas como el tema de no poder estudiar, no poder conseguir un trabajo, y de todo eso se va a hacer un cálculo”.
¿Qué respondió Aerovía Guayaquil?
El Consorcio Aerosuspendido Guayaquil, encargado de operar el sistema de transporte Aerovía, se pronunció a través de un comunicado y lamentó la divulgación masiva de ese material, así como las consecuencias que ello generó.
“Como responsables de la operación del sistema, de manera inmediata se activaron todos los protocolos internos y se activaron las medidas administrativas contra el personal involucrado que ya no forma parte del consorcio a raíz del incidente”, se lee en ese texto.
La compañía agregó que se trataba “de un hecho aislado que no debe afectar la operación comercial de este medio de transporte”.
Entretanto, en redes sociales las opiniones han sido divididas, pues mientras para algunos la pareja no debió exponerse en un espacio público, otros enfatizaron en que, pese a ello, nadie tiene el derecho de exponerlos. Lo anterior, teniendo en cuenta los múltiples efectos generados, posiblemente, a mediano y largo plazo.
“Dieron de qué hablar y ahora quieren que les paguen”, ”Me parece genial que tomen cartas en el asunto porque nadie tiene el derecho de publicar sin autorización un video íntimo”, “Estuvo mal el proceder de ambas partes: ellos por ponerse a hacer actos que no son permitidos en estos lugares y los otros por difundir el video”.