El régimen de Nicolás Maduro ordenó este martes un despliegue militar a gran escala en Venezuela, en lo que denominó la “fase superior” del ‘Plan Independencia 200′, una maniobra que abarca operaciones por tierra, mar y aire y que se produce en plena escalada de tensiones con Estados Unidos.
La medida fue anunciada por el Ministerio de Defensa venezolano a través de un comunicado firmado por el general en jefe, Vladímir Padrino López, en el que se instruye la “optimización del comando, control y comunicaciones” de las fuerzas armadas. Según el texto, el operativo, vigente desde las 4:00 a. m. del 11 de noviembre y con extensión hasta el miércoles 12, forma parte de las “formas de lucha armada y no armada para la defensa integral de la nación”.
Esta se trata de una movilización militar sin precedentes recientes, que incluye unidades del Ejército, la Aviación, la Armada, la Guardia Nacional y la Milicia Bolivariana, además de los llamados Órganos de Dirección para la Defensa Integral (ODDI), estructuras político militares que operan en todos los estados y municipios del país.
“Esta nueva dimensión de la Puesta en Completo Apresto Operacional, comporta el despliegue masivo de medios terrestres, aéreos, navales, fluviales y misilísticos; sistemas de armas; Unidades Militares; Milicia Bolivariana; Órganos de Seguridad Ciudadana y los Comandos para la Defensa Integral; que en todo el espectro del espacio geográfico nacional”, reza el comunicado.
El comunicado del régimen asegura que el despliegue tiene como finalidad “enfrentar las amenazas imperiales”, en referencia directa a Estados Unidos. La administración de Donald Trump mantiene en el Caribe un operativo militar contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico, que Caracas califica de “agresión colonial”.
En paralelo, el dictador enfrenta una presión internacional creciente. La administración Trump ha acusado a Maduro de liderar una red de narcotráfico conocida como el Cartel de los Soles, ofrece 50 millones de dólares por su captura y mantiene una campaña de bombardeos contra embarcaciones presuntamente vinculadas al tráfico de drogas en el Caribe y el Pacífico.
El mismo Vladimir Padrino López, quien lidera las fuerzas militares venezolanas y quien firma el comunicado, también es acusado por Washington de ser un líder del Cartel de los Soles y se ofrece una recompensa de 25 millones de dólares por su captura.
Para el régimen de Caracas, esas operaciones son un pretexto para justificar una intervención militar. Sin embargo, hasta ahora, el Pentágono ha insistido en que no existen planes de ataque dentro de Venezuela, aunque mantiene un despliegue militar considerable en la región y diferentes medios de comunicación sostienen que el Gobierno estadounidense está preparado para atacar territorio venezolano.