En una votación que reaviva el debate sobre la integridad electoral y la inmigración, los votantes de Texas aprobaron este martes la Proposición 16 constitucional estatal que aclara que solo los ciudadanos de los Estados Unidos pueden ejercer el derecho al voto.
Aunque esta restricción ya estaba prevista en la legislación estatal y federal, la nueva reforma la eleva a rango constitucional formal, de acuerdo a lo que se informa en Ap News.
¿Qué se contempla en la enmienda y qué cambia?
A través de esta campaña de enmienda se busca reforzar la confianza pública en el sistema electoral, frente a lo que se consideran “lagunas ambiguas”, que podrían permitir la participación de personas no ciudadanas.
Funcionarios estatales, por ejemplo, señalaron que más de 6.500 posibles no ciudadanos fueron eliminados de los registros de votantes desde 2021.
Por otro lado, los críticos advirtieron que la reforma es redundante, ya que la ley actual ya impedía el voto para no ciudadanos, y que su aprobación podría tener efectos adversos, como desalentar la participación de ciudadanos naturalizados o abrir la puerta a futuras restricciones.
Un editorial del Houston Chronicle dijo que “proponer lo obvio en la Constitución” puede ser innecesario y quizá perjudicial.
La inclusión de la restricción en la constitución estatal es uno de los aspectos más relevantes dentro de esta nueva medida, lo que dificultará que en un futuro se puedan hacer modificaciones al respecto.
Según la enmienda, “solo un ciudadano de los Estados Unidos” puede votar en el estado.
Esta medida hace que Texas se haya convertido en uno de los estados que han prohibido la votación para no ciudadanos dentro de Estados Unidos, lo que pone en una situación aún más difícil los temas relacionados con inmigración, integridad electoral y legitimidad del sufragio.
Desde la perspectiva de analistas legales y defensores de derechos de voto, la medida podría servir menos para corregir errores concretos y más para enviar un mensaje político.
Efectos e implicaciones
La ley ha causado controversia por las implicaciones que conlleva.
A corto plazo, este cambio parece más simbólico que real, ya que la ley ya impedía el voto de no ciudadanos, sin embargo, al haberlo elevado a nivel constitucional, se ha puesto una barrera demasiado grande para poder hacer modificaciones a mediano y largo plazo.
Para algunos analistas, a mediano plazo, esta norma podría aumentar los requisitos de verificación de ciudadanía para votantes, o podría ser usado como argumento para generar una mayor vigilancia de los registros electorales.
Pero, en contraposición, hay riesgo de que se genere un clima de suspensión en comunidades de ciudadanos naturalizados, que podrían sentirse erróneamente señalados o bajo escrutinio.
La aprobación de esta enmienda en Texas no solo consolida una norma ya existente, sino que refleja el clima político que domina al país rumbo a las próximas elecciones presidenciales.
Mientras sus defensores la ven como una victoria para la integridad electoral, sus críticos la consideran una estrategia simbólica con fines políticos.