Michael Moore, un polémico y reconocido cineasta estadounidense, es el director del documental Fahrenheit 9/11, un revelador filme con una mirada diferente sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Manhattan, Nueva York.

Moore empezó la grabación en 2003, apenas año y medio después del ataque, que aún sacudía a Estados Unidos y al mundo.

No se enfocó en el recuento de las acciones terroristas; se trató de un ensayo crítico sobre la gestión del presidente de entonces, George W. Bush, sus antecedentes con grupos árabes y la decisión de ir a la guerra en Irak.

Mildred McHugh, madre de un militar que combatió en Irak, protesta en la Lincoln Plaza, Washington, apoyando el documental de Moore y su análisis de las graves consecuencias de la guerra. | Foto: 2004 Getty Images

En la primera trama, Moore expone a través de archivos propios y periodísticos la relación de Bush con familias saudíes, de donde proviene Osama Bin Laden, autor intelectual de los atentados.

Semanas después del ataque, la administración Bush aprobó la salida del país de estas personas, negándole la posibilidad al FBI de interrogar familiares con cercanía a Bin Laden.

Con un tono sarcástico, expone los negocios de Bush padre e hijo con empresas extranjeras y organizaciones del Medio Oriente, que de alguna u otra manera se beneficiaron entorno al 9/11.

Bush se dirigió al país después de confirmar los ataques al World Trade Center en Nueva York y al Pentágono, además de un avión que no llegó a su destino. | Foto: Greg Mathieson/Mai

Además, muestra indicios de compañías estadounidenses con socios del Medio Oriente para trabajar con petróleo y reconstruir edificaciones dañadas por los enfrentamientos en Irak y Afganistán.

Sin embargo, no solo se queda con el escrutinio a Bush, también hace un análisis mediático de la fuerte campaña patriótica que se gestó en Estados Unidos, influenciado por el gobierno y medios locales.

Igualmente, el documental recopila las formas en que la palabra “terrorismo” se apoderó de la vida cotidiana de los estadounidenses, legitimando la invasión a naciones soberanas del Medio Oriente.

En todo el mundo se dieron protestas masivas para rechazar la guerra en ese país tras los atentados del 9/11. | Foto: 2003 Getty Images

La invasión a Irak perpetuada por una coalición internacional liderada por EE. UU. y Gran Bretaña, acabaría en diciembre de 2011 y sin haber aportado una prueba real de las supuestas armas de destrucción masivas que supuestamente se estaban gestando en el país oriental.

En la última etapa, Moore examina las consecuencias de la guerra para los implicados directos: los militares en terreno de combate, sus familias y el pueblo iraquí.

En una de las escenas más comentadas, el director interpela a un político estadounidense y le pregunta si enviaría a sus hijos a la guerra. Según el análisis del filme, a Irak estaban yendo jóvenes provenientes de familias vulnerables y pertenecientes a poblaciones históricamente oprimidas.

La cinta se estrenó en 2004, justo cuando Bush buscaba la reelección y ganó la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes.