El migrante salvadoreño Kilmar Ábrego García ha sido reconocido como uno de los símbolos contra la política de migración del gobierno Donald Trump. Al haber sido deportado a El Salvador, muchos usuarios habían escrito en redes sociales el mensaje “No va a regresar”, haciendo referencia a la posibilidad de que Kilmar nunca volviera a pisar las calles norteamericanas.
“Desde que Ábrego García regresó de una detención injusta en El Salvador, ha sido detenido nuevamente sin autoridad legal”, dijo la jueza Xinis en su veredicto el día jueves 11 de diciembre de 2025, lo que, además de liberarlo de las prisiones estadounidenses, lo aleja de la posibilidad de ser deportado nuevamente a las temidas cárceles salvadoreñas de Nayib Bukele.
No obstante, este fallo no es definitivo, ya que el Departamento de Justicia puede apelar la decisión y los funcionarios públicos estadounidenses iniciar un nuevo proceso migratorio en contra del salvadoreño.
Los abogados de García han declarado como “inocente” a su representado, asegurando que nunca ha sido habitante de Nueva York, ciudad en la que fue arrestado por una presunta vinculación a una banda delincuencial de esa ciudad.
La Casa Blanca habla sobre Kilmar
Durante la rueda de prensa que dio la representante de La Casa Blanca, Karoline Leavitt, le preguntaron por la decisión de la jueza, a quien calificó como “activista”.
La política de migración de Donald Trump es dura con los que habitan irregularmente territorio norteamericano. Desde que fue detenido, Kilmar se convirtió en el símbolo que lucha contra la estigmatización de los migrantes.
Leavitt ya había hablado en ocasiones anteriores de Kilmar Ábrego, en abril lo asoció directamente con la pandilla S-13 y lo calificó “terrorista extranjero”.
¿Qué pasará con Kilmar?
Kilmar llegó huyendo de la delincuencia de su país, presuntamente cuando era menor de edad en 2011; se casó con una estadounidense y el proceso que hoy enfrenta lo tiene en vilo, en libertad, pero con pulsera electrónica, según el medio DW.
Un correo de su abogado Simón Sandoval a la AFP, en el que declaró la libertad del símbolo latinoamericano, ha despertado la incertidumbre sobre su futuro, en la que será protagonista el gobierno estadounidense, que aún puede apelar la decisión. La subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, dejó entrever uno de los posibles desenlaces del migrante comentando: “Esto es un claro activismo judicial por parte de un juez designado por Obama. Esta orden carece de fundamento jurídico válido y seguiremos combatiéndola con uñas y dientes en los tribunales”, expresó en su cuenta de X.