El gobierno de Estados Unidos anunció que adquirirá una participación del 5% en la empresa canadiense Lithium Americas y otro 5% en la sociedad conjunta que opera la mina de litio Thacker Pass en Nevada, como parte de un acuerdo para liberar el primer tramo de un préstamo federal y garantizar respaldo estatal al proyecto.
Esta operación, gestionada a través del Departamento de Energía, busca reforzar la independencia estadounidense frente a cadenas de suministro vulnerables y reducir la dependencia de China en minerales críticos.
La mina Thacker Pass, considerada una de las más grandes de su tipo en Norteamérica, está siendo desarrollada en conjunto entre Lithium Americas y General Motors (GM). GM ya invirtió $ 625 millones de dólares para asegurarse una participación del 38% y derechos preferenciales sobre la producción inicial.
Bajo los términos revisados del financiamiento, el gobierno adquirirá sus acciones mediante “warrants” sin costo, una fórmula que permite acceder al capital accionario sin desembolso inmediato.
Del total del préstamo federal, $435 millones de dólares serán liberados en esta primera etapa, mientras que cerca de $182 millones de dólares de servicio de deuda quedarán diferidos en los primeros cinco años.
La cifra total del financiamiento revisado está en torno a $ 2,23-2,26 mil millones de dólares. El secretario de Energía estadounidense, Chris Wright, señaló que este movimiento “fortalecerá cadenas de suministro domésticas” y contribuirá a reducir dependencia ante potencias extranjeras.
El proyecto Thacker Pass tiene estimaciones iniciales de producir 40.000 toneladas de carbonato de litio de calidad para baterías al año, volumen suficiente para abastecer aproximadamente 800.000 vehículos eléctricos en su fase inicial. En su totalidad, se proyecta que podría escalar más, incluso llegando a producir 66.000 toneladas anuales.
En comparación, Estados Unidos actualmente aporta menos del 1% de la oferta mundial de litio, mientras que China domina el procesamiento y refinado de ese mineral. La puesta en marcha de esta participación estatal es interpretada como una jugada geopolítica para asegurar su propia cadena de suministros críticos en el contexto del auge de los vehículos eléctricos.
No obstante, el proyecto no está exento de críticas y desafíos legales y medioambientales. Comunidades indígenas y grupos ecologistas han cuestionado el impacto sobre suelo, agua y territorios sagrados, y algunas autoridades locales advierten que el memorando de entendimiento aún podría enfrentar impugnaciones.
Además, el gobierno quería inicialmente imponer garantías para que GM comprara la producción sin importar la demanda, pero ese planteamiento fue ajustado tras negociaciones. La nueva versión del acuerdo permite que Lithium Americas comercialice el litio a terceros más allá de los compromisos con GM.
Analistas de mercado valoran esta operación como un paso estratégico. Pues la cotización de Lithium Americas se disparó entre 20% y 30% tras el anuncio, reflejando la confianza de inversores en el respaldo gubernamental.
Se trata de un nuevo capítulo en la política de Estados Unidos para intervenir directamente en empresas asociadas con minerales estratégicos, replicando movimientos similares recientes con Intel o la minera MP Materials.
El éxito real dependerá de que Thacker Pass cumpla plazos, costos y estándares ambientales mientras satisface una demanda creciente de litio en la era de la transición energética.