Las democracias en el mundo se encuentran en peligro. De acuerdo con varios estudios e investigaciones -como los publicados por V-Dem y la Fundación Bertelsmann- en la actualidad, por primera vez en más de 20 años, hay más autocracias que democracias en el mundo. Casi tres cuartas partes de la población mundial vive bajo la sombra de regímenes autocráticos.

Asimismo, la calidad de la democracia ha disminuido en más de 137 países, y desde el 2019, las autocracias pasaron de 22 a 35 . El declive de las democracias modernas proviene de distintos factores, como la erosión de las instituciones democráticas y los derechos civiles, el populismo y el nacionalismo, los conflictos y la represión interna en varios países, así como la desinformación y el control de los medios.

De acuerdo con la información disponible, Colombia es caldo de cultivo para la llegada de una autocracia, pues es evidente que el deterioro de la democracia en nuestro país es latente. En los últimos años desde el ejecutivo han querido debilitarse nuestras instituciones, algo similar a cuando se asesinó a una proporción importante de magistrados y se quemó el Palacio de Justicia, hace 40 años.

La desinformación y control de los medios es una práctica recurrente en los regímenes autocráticos. El dominio de los medios de comunicación ha sido una práctica común utilizada en China, Cuba, Venezuela, entre otros. Aquí en Colombia desde el gobierno se está incurriendo en prácticas preocupantes, al punto de ofrecer comprar RCN, o movilizar de manera masiva mensajes en redes sociales que incluso ponen en peligro la vida de personas.

No olvidemos que días antes del atentado a Miguel Uribe Turbay, que posteriormente le costaría la vida, desde la cuenta en X del Presidente Gustavo Petro prácticamente se le puso al precandidato presidencial y senador una lápida. Desde las redes sociales sí pueden ordenarse atentados de personas inocentes, así no se diga de manera explícita, el mensaje es claro sobre quién es conveniente y quién no. Quién merece vivir y quién no.

La desinformación orquestada desde el gobierno mediante la utilización de redes sociales es preocupante. Este tipo de prácticas asfixian nuestra democracia. Observé hace unos días cómo un grupo de influencers que viajaron a Israel, sólo por hacer ese viaje, fueron tachados de genocidas.

No me quiero imaginar si llegamos a romper relaciones con los Estados Unidos lo que pueda pasar. Se prohibirá en Colombia comer pan, pues buena parte del trigo que se consume aquí proviene de Norteamérica.

Posiblemente se prohíba también, al mejor estilo de la dictadura argentina, oír música en inglés o enseñar este idioma en los colegios. Esto por citar sólo algunos ejemplos.

La estrategia mediática desatada desde el gobierno erosiona nuestra democracia. La pone en peligro. El proyecto progresista quiere continuar en el poder, y si bien eso es legítimo y válido resulta sumamente preocupante. Estuve leyendo el programa de gobierno de Iván Cepeda y propone tres revoluciones. ¿Qué pasará con nuestras relaciones con otros países como Estados Unidos e Israel si el progresismo continúa en el poder?

El espíritu antiyanqui y antisemita día tras día se dispersan más desde el gobierno nacional. El Presidente Petro habló recientemente, luego de su visita a Medio Oriente, sobre restablecer relaciones con Israel. Pero a renglón seguido las bodegas que están a su servicio atacan a un grupo de influenciadores que visitaron ese país. Incluso Ministros como Edwin Palma también lo hicieron, evidenciando así una estrategia deliberada desde el Estado colombiano.

Con los Estados Unidos sucede algo similar. El TLC con ese país jamás había estado tan amenazado como ahora. Estados Unidos fortalece la democracia en el hemisferio ¿será por eso que hay tanto interés en apartarnos de ese país y romper relaciones para siempre? ¿Será ese uno de los pilares de Iván Cepeda en caso de ser elegido Presidente?

Está en nuestras manos tomar decisiones adecuadas, y no permitir un mayor deterioro de nuestra democracia. Es ella la que está en juego. Las elecciones al Congreso y a la Presidencia definirán su continuidad y la de Constitución del 91 en nuestro país.

Después no nos quejemos, al no poder comer pan.