El presidente Gustavo Petro reiteró que su administración inició contactos con el Clan del Golfo, en el marco de la paz total en Catar. SEMANA conoció detalles de los primeros acercamientos y las líneas rojas que planteó el grupo armado ilegal.
Bajo la dirección de alias Chiquito Malo, la estructura criminal más grande de Colombia le informó al Ejecutivo que cualquier negociación que se contemple debe considerar la “no extradición” para avanzar en un ambiente de confianza.
La preocupación de los delincuentes es que la mayoría de sus líderes son rastreados por Estados Unidos y autoridades europeas por el tráfico de cocaína. De acuerdo con reportes oficiales, son cientos de toneladas las que envía este grupo ilegal a través del mar.
En medio de los acercamientos que citó Petro, también se planteó un freno a una supuesta persecución judicial que se tendría en Colombia en contra de las familias de los integrantes del Clan del Golfo, que presuntamente no tendrían responsabilidades penales.
El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, ha criticado el avance de la paz total con este grupo criminal. Hablándole directamente al jefe de Estado, le indicó que los negociadores de Catar son narcotraficantes.
“El que defiende criminales de distinta pelambre es usted. Los graduó de gestores de paz, les levantó órdenes de captura y los tiene de vacaciones en Catar, México, Cuba y Venezuela”, relató el mandatario departamental en su cuenta de X.
El presidente no solo autorizó acercamientos con el Clan del Golfo, que iniciaron a comienzos de 2025, sino que ya le dio el visto bueno a su Gobierno para volver a buscar al Ejército de Liberación Nacional (ELN) en medio de la paz total.
“Es hora de reiniciar los contactos con el ELN. Le respondo al señor Pablo Beltrán. Pruebe la paz de Colombia. No se necesita destruir una ciudad entera y matar 70.000 personas para hacer un intercambio humanitario”, comentó el jefe de Estado.
De igual manera, avanzan los diálogos con las estructuras criminales más peligrosas de Medellín y el Valle de Aburrá; con los grupos delincuenciales de Quibdó, con las disidencias de las FARC, y con las bandas que atormentan a los habitantes de Buenaventura.