El intercambio de reproches entre el presidente Gustavo Petro y el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, volvió a poner en el centro del debate público la estrategia para enfrentar a las bandas criminales en la ciudad.

El mandatario publicó en su cuenta de X mensajes en los que cuestionó las relaciones entre actores políticos, empresas de seguridad y estructuras delictivas; el alcalde, por su parte, volvió a enfatizar que “la ley y la institucionalidad” deben primar antes que cualquier cosas acercamiento con grupos armados.

Dentro de la red social, Petro preguntó qué seguridad puede existir “si las bandas tienen poder político y electoral en Barranquilla”, y aludió a casos en los que, según él, empresas privadas de seguridad habrían prestado escoltas a personas vinculadas al crimen y contado con permisos para portar armas.

“Qué seguridad va a haber, si las bandas tienen poder político y electoral en Barranquilla”, le dijo el mandatario al alcalde de Barranquilla.

Petro además vinculó esas redes con prácticas de juegos de azar y con la protección de comisiones económicas del Congreso.

La réplica sobre el tema se dio tras la entrega de un nuevo Centro de Atención inmediata (CAI) en la urbanización Puerta Dorada. Desde ese acto público, Char también destacó resultados atribuibles al trabajo conjunto con la Policía: “en septiembre los indicadores de homicidios y crímenes bajaron un 56 %”. aseguró.

La inauguración de ese CAI fue anunciada por la Alcaldía de Barranquilla como una inversión en equipamiento y dotación policial para la zona, una acción que la administración local presenta como parte de su respuesta frente a la ola de violencia que atraviesan varios sectores de la ciudad.

El acto estuvo acompañado de elogios del alcalde al comandante de la Policía metropolitana, brigadier general Edwin Urrego, por las estrategias desarrolladas en los últimos meses.

Alejandro Char, alcalde de Barranquilla. | Foto: Alcaldía de Barranquilla

Las declaraciones públicas de ambos mandatarios se dieron en medio de un episodio que ha preocupado en los últimos días: las estructuras conocidas como ‘Los Pepes’ y ‘Los costeños’ anunciaron una tregua que estaría vigente hasta enero del próximo año.

Pese a la tregua, se han registrado hechos de violencia —entre ellos la masacre de tres jóvenes en Pinar del Río y el homicidio de una empleada de supermercado por no pagar una extorsión—que alimentan el miedo por la dudosa efectividad y legitimidad de los pactos con bandas criminales.

En Barranquilla, la disputa de Char y Petro tiene un componente similar: las víctimas y las familias que pierden a seres queridos en hechos de violencia.

Char, en su intervención, preguntó por la reparación del dolor de esas madres y puso ese argumento como base para su rechazo a normalizar acercamientos con criminales mientras sigan ocurriendo homicidios.

Petro, por su lado, enfocó su crítica en los mecanismos que, a su juicios, permiten a las bandas conservar poder y capacidad de daño si cuentan con protección y tolerancia desde ciertos sectores políticos y empresariales.