Cuando le propusieron ser secretaria de Vivienda del Meta, creyó que el gobernador se había equivocado, porque ella no sabía del tema. Sin embargo, aceptó. Cinco años y medio después, esta abogada llanera habla con propiedad de planos, presupuestos, estructuras y pañetes. Además, su paso por ese cargo fue como haber hecho un doctorado en política pública y en el derecho fundamental a un techo digno. “Muy pronto comencé a ver las deficiencias del sector y a escuchar las necesidades de la gente –recuerda–. La mayoría pasan por lo jurídico: problemas de titulación de tierras, proyectos en marcha sin licencia de construcción, obstáculos para acceder a los recursos...”.

Luego de tres años y siete meses al frente de la Secretaría, renunció y creó la empresa Grupo Consultor Gestores de Vivienda, con su hermano y cinco compañeros de trabajo. “La experiencia en la Gobernación despertó mi vocación de servicio. Me volví gestora de vivienda porque vi la oportunidad de que niños y ancianos tuvieran un techo digno y seguro, a pesar de los vacíos que conocí”. Ya son más de 30 proyectos gestionados, 5.300 inmuebles construidos y un banco de proyectos que beneficiará a 656 hogares más.

Su compañía se estructuró con base en tres líneas de trabajo: asistencia técnica, desarrollo constructivo y formación académica. En virtud de la primera, prestan asesoría en formulación de proyectos de vivienda social y acceso a los subsidios. “Dejamos las iniciativas bien estructuradas, con lotes titulados, con el fin de que las entidades territoriales y las empresas privadas toquen puertas para su financiación, ya sea con la Gobernación o con ONG”, explica. Actualmente colaboran con ocho municipios y tienen seis proyectos formulados.

En desarrollo constructivo cuentan con personas especializadas en varios oficios, para ejecutar proyectos de mejoramiento o construcción. La compañía actúa como un puente entre la oferta y la demanda de mano de obra, con el objetivo de generar empleo en condiciones dignas.

Y la formación académica tiene que ver con los seminarios que ella dicta, en dos universidades, para enseñar a arquitectos, ingenieros y abogados el abecé de la política pública y las herramientas para garantizar el acceso a una vivienda digna. Serrano estudió Derecho porque cree que es una herramienta valiosa contra la desigualdad. Se especializó en Derecho Público Contractual e hizo un magíster en Constitucional. Entregar viviendas terminadas a familias vulnerables es su propósito de vida. “Y como muchas tienen uno o más miembros con discapacidad, hay que pensar también en facilidades como rampas de acceso, baños espaciosos, soportes, etc. El techo digno debe ser para todos”, sentencia.