Avi Loeb, físico y reconocido investigador en vida extraterrestre, se ha convertido nuevamente en el centro de debate por sus estudios sobre 3I/Atlas, el tercer objeto interestelar identificado hasta ahora. A diferencia de 1I/ʻOumuamua y 2I/Borisov —detectados en años anteriores—, este nuevo objeto ha generado una polémica mucho mayor debido a una serie de características que, según Loeb, podrían indicar que no se trata de un cometa natural.

Una de las hipótesis más llamativas planteadas por el científico es que 3I/ATLAS podría ser una especie de “nave nodriza”. Esta idea surge a partir de varias anomalías que ha observado desde su descubrimiento, en julio de 2025, y que hasta hoy mantienen en vilo a la comunidad científica. El objeto realizó su paso más cercano al Sol el pasado 29 de octubre y se aproximará a la Tierra el 19 de diciembre, es decir, en pocos días.

El objeto se acercó al Sol el 29 de octubre y pasará cerca de la Tierra el 19 de diciembre. | Foto: Composición de SEMANA con imagen de Getty y generada con IA

Recientemente, la NASA realizó una rueda de prensa en la que presentó imágenes captadas por sus instrumentos especializados. Loeb criticó duramente este evento, asegurando que no ofreció información realmente novedosa, sino datos que ya eran conocidos. También cuestionó la calidad de las fotografías divulgadas, lo que —según él— diluyó la gran expectativa generada alrededor del anuncio.

A esto se suma que, en su blog, Loeb publicó hace unas horas una nueva anomalía que califica como “extraordinaria”. Como ejercicio hipotético, sugiere que 3I/Atlas podría ser una nave diseñada para depositar “dispositivos tecnológicos” en la órbita de Júpiter.

Para sustentar su planteamiento, recuerda que el objeto se aproximará a Júpiter en 2026. En ese contexto introduce el concepto del “radio de Hill”, la región donde la gravedad del planeta es lo suficientemente fuerte como para atraer y capturar objetos. Según sus cálculos, la distancia mínima a la que pasará 3I/Atlas coincide casi exactamente con ese radio de influencia, algo que considera estadísticamente muy improbable.

Loeb reportó en su blog una anomalía que considera “extraordinaria”. | Foto: 2023 Anadolu Agency

El experto también destaca la presencia de una aceleración no gravitacional en el objeto, un leve impulso que no se explica únicamente por la gravedad. En los cometas, esto suele deberse a la expulsión de gases al calentarse, pero en este caso —asegura— la aceleración medida coincide con la necesaria para ajustar la trayectoria y lograr ese acercamiento tan preciso al radio de Hill.

Además, menciona la detección de pequeños “chorros” de material expulsado por el objeto, lo que interpreta como posibles señales de maniobras. Así las cosas, plantea que, si 3I/Atlas fuera algún tipo de artefacto tecnológico, dichos chorros podrían funcionar como propulsores que le permitirían aproximarse estratégicamente a la zona gravitacional de Júpiter.