La batería es uno de los componentes más importantes de un celular, ya que de ella depende gran parte de su funcionamiento. Cuando no se encuentra en óptimas condiciones, con el tiempo pueden aparecer cambios inesperados que afectan el rendimiento del equipo. Su desgaste suele pasar desapercibido hasta que surgen problemas como apagados inesperados, sobrecalentamiento, menor duración diaria o tiempos de carga cada vez más largos.
Aunque estos fallos parecen inevitables, muchos de ellos pueden prevenirse con buenos hábitos de uso y cuidado. Conocer los factores que dañan la batería es el primer paso para prolongar su vida útil y mantener un teléfono más rápido, estable y eficiente.
Uno de los aspectos más importantes es utilizar un cargador certificado, dado que los no oficiales pueden generar problemas a largo plazo. Asimismo, no es recomendable dejar que la batería se descargue por completo antes de recargarla; lo ideal es conectarla a la corriente cuando alcance alrededor del 20% de carga.
Otro factor clave para preservar la capacidad de la batería es mantener tanto el dispositivo como el cargador limpios. La acumulación de polvo y suciedad puede afectar el funcionamiento y reducir la eficiencia de la carga.
Sin embargo, hay un error muy común que puede causar una sobretensión y, en consecuencia, daños prematuros o incluso definitivos en la batería. Según Xataka, el orden en que se conecta el cargador influye significativamente.
Muchos usuarios, por costumbre, enchufan primero el cargador a la toma de corriente y luego conectan el cable al celular. Este gesto tan cotidiano puede generar una pequeña chispa o una breve sobretensión al completar el circuito.
Aunque ese chispazo suele pasar desapercibido, es suficiente para deteriorar paulatinamente algunos componentes internos del cargador o del teléfono, especialmente en dispositivos más sensibles. Por ello, los expertos recomiendan siempre conectar primero el cable al móvil y luego enchufarlo a la corriente.
Para proteger los conectores y prolongar la vida útil del equipo, lo correcto es seguir este orden: primero, enchufar el cargador a la corriente asegurándose de que sea original o cumpla con los estándares de calidad; segundo, conectar el cable al smartphone; y finalmente, unirlo al cargador. Este procedimiento sencillo permite que la carga comience de manera segura, evitando problemas como corrosión u oxidación en los puertos.
Es importante recordar que los efectos de una sobretensión no siempre son inmediatos. En algunos casos, solo se percibe un leve calor o un parpadeo en la pantalla. Sin embargo, los daños acumulativos pueden ser mucho más graves: la batería pierde capacidad, el cargador se deteriora y componentes electrónicos internos, como la placa base, pueden sufrir fallas irreversibles.