Los usuarios de Instagram podrían estar sobreestimando su nivel de adicción a la plataforma, según una investigación de la Universidad del Sur de California (Estados Unidos), realizada con 1.204 adultos y publicada en Scientific Reports. Los resultados indican que, para la mayoría, el uso excesivo de redes sociales responde más a un hábito que a una adicción real.
La adicción a una sustancia o actividad que suele caracterizarse por un conjunto de síntomas, como dificultades para controlar el uso, sentir deseos intensos de consumir, presentar abstinencia al suspenderlo y continuar utilizándolo pese a consecuencias negativas o riesgos.
En el estudio, Ian Anderson y Wendy Wood encuestaron a una muestra representativa de 380 usuarios estadounidenses de Instagram, de los cuales el 50 % eran mujeres y tenían una edad promedio de 44 años. Los participantes describieron su nivel percibido de adicción y fueron evaluados para detectar síntomas de utilización problemática. Los autores encontraron que, aunque el 18 % afirmó sentirse al menos parcialmente adicto a Instagram (y el 5 % estuvo bastante de acuerdo), solo el 2 % mostró síntomas que sugerían un riesgo real de adicción.
Para explorar la causa de esta diferencia, los investigadores analizaron cómo se describe el uso de redes sociales en artículos periodísticos publicados en medios estadounidenses entre noviembre de 2021 y noviembre de 2024. Identificaron 4.383 artículos que mencionaban la frase “adicción a las redes sociales” y apenas 50 que usaban “hábito de las redes sociales”. Estos datos sugieren que los medios tienden a presentar el uso frecuente de redes como una adicción, lo que podría influir en cómo los usuarios interpretan su propio comportamiento.
Con una segunda muestra de 824 adultos usuarios de Instagram, los autores evaluaron los posibles efectos negativos de etiquetar el uso frecuente como una adicción. Descubrieron que cuando se incitaba a los participantes a considerar su utilización como adictiva, estos reportaban sentir menos control sobre su comportamiento en la plataforma y mayor culpa, tanto dirigida a sí mismos como a Instagram, por su uso excesivo.
En conjunto, los hallazgos señalan que la tendencia de los medios y otras instituciones a calificar el uso frecuente de redes sociales como una adicción podría llevar a que los usuarios sobreestimen su grado de dependencia y afecte negativamente su percepción de la utilización que hacen de estas plataformas. Según los autores, un empleo más cuidadoso del término “adicción” por parte de responsables políticos y demás influyentes podría reducir este efecto.
*Con información de Europa Press