El dolor en el abdomen puede ser una señal de advertencia sobre el Síndrome del Intestino Irritable, también conocido como colon irritable. Este malestar puede presentarse como calambres o hinchazón en el abdomen, especialmente, cuando se evacuan los desechos.

“El síndrome del intestino irritable es un problema que afecta al intestino grueso. Puede causar cólicos abdominales, distensión y cambios en los hábitos intestinales. Algunas personas con este trastorno tienen estreñimiento, otras tienen diarrea. Algunas pasan de un cuadro de estreñimiento a uno de diarrea. Aun cuando el síndrome del intestino irritable puede causar muchas molestias, no daña el intestino”, detalla Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Esta afección no causa daños graves en el intestino. Foto: Getty Images. | Foto: Foto: Getty Images.

Los expertos poco conocen sobre las causas del colon irritable. Sin embargo, se conocen algunos factores que pueden contribuir a padecerlo. El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos los señala:

  • “Eventos estresantes o difíciles en la infancia, como el abuso físico o sexual
  • Ciertos problemas mentales, como ansiedad, depresión y trastorno de síntomas somáticos.
  • Infecciones bacterianas en el tracto digestivo
  • Intolerancia o sensibilidad a ciertos alimentos que causan síntomas digestivos”.
Las personas con ansiedad tienen un riesgo alto de padecer esta afección. | Foto: Getty Images / Guido Mieth

Es importante que en caso de sospechar de algún síntoma se consulte a un médico para recibir atención profesional y un diagnóstico oportuno. Este problema en el colon no suele ser grave. En pocos casos, las personas pueden tener síntomas graves. Esta afección puede controlarse a través de cambios en el estilo de vida, como la alimentación.

¿Cuándo acudir a un centro médico por una emergencia?

Los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, indica que si se presentan síntomas en el colon y las siguientes señales, se debe acudir a un centro de salud para recibir atención en el menor tiempo posible:

  • Pérdida de peso
  • Diarrea nocturna
  • Sangrado rectal
  • Anemia por deficiencia de hierro
  • Dolor que no se alivia al expulsar gases o en la evacuación
En caso de tener vómitos sin causa aparente se debe acudir a un centro de salud. | Foto: Getty Images

Cáncer de colon

En la etapa temprana, el cáncer puede no causar sintomatología en las personas. Sin embargo, es importante prestar atención si se sospecha de cualquier cambio o malestar. Algunos de los síntomas que pueden manifestarse son:

  • Cambio persistente en tus hábitos intestinales, incluidos diarrea o estreñimiento.
  • Cambio en la consistencia de las heces.
  • Sangrado rectal o sangre en las heces
  • Molestia abdominal persistente, como calambres, gases o dolor.
  • Una sensación de que el intestino no se vacía por completo.
  • Debilidad o fatiga.

Al no obtener un diagnóstico oportuno, el cáncer se desarrolla. Esto puede disminuir la efectividad de un posible tratamiento. Los expertos recomiendan realizar pruebas periódicamente.

“Cuando se descubre en etapa inicial, antes de que se propague, la tasa relativa de supervivencia a 5 años para el cáncer colorrectal es aproximadamente 90 %. Sin embargo, solamente alrededor de 4 de cada 10 casos de cáncer colorrectal se encuentran en esa etapa inicial. Cuando el cáncer se ha propagado fuera del colon o del recto, las tasas de supervivencia son más bajas”, explican la Asociación Americana de Cáncer.

Cuando el cáncer es pequeño y no se ha propagado, el tratamiento tiene menor dificultad. Hacer chequeos médicos regulares es clave para evitar esto. Un pólipo puede durar de 10 a 15 años en convertirse en cáncer colorrectal. Si se detectan a tiempo, se pueden extirpar antes de que se conviertan en cáncer.

Existen dos tipos de exámenes que ayudan a realizar el diagnóstico de este tipo de cáncer. Las pruebas de heces fecales y las visuales. Las primeras consisten en el análisis de las heces. Con las segundas se observa la estructura del colon y el recto para observar si hay zonas anormales.