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Boyacá y sus campos petroleros

Aunque en Boyacá no hay adjudicados bloques para explotación de hidrocarburos no convencionales –YNC- el temor del uso del fracking para extraer hidrocarburos, así como el impacto ambiental de la minería, llevó a los senadores de la Alianza Verde, Jorge Eduardo Londoño Ulloa y Sandra Liliana Ortiz Nova, ambos de este departamento, a liderar un debate de control político en la comisión Quinta de Senado.

16 de octubre de 2018, 2:09 p. m.
| Foto: Conexión Congreso

En el debate sobre el impacto de la actividad petrolera, minera y gas en Boyacá, el senador Londoño Ulloa, mostró su preocupación por el derrame de petróleo en la serranía de Las Quinchas, en Puerto Boyacá, segundo pulmón, después del Amazonas.

El caso se presentó el  22 de julio, cuando fue reportada una fuga de crudo en un poliducto propiedad de Ecopetrol y operado por Ocensa, "este derrame ocurrió en la Serranía de las Quinchas del municipio de Puerto Boyacá, en la cuenca de la quebrada La Cristalina".

En Boyacá, existen seis contratos de explotación de hidrocarburos convencionales, bajo cuatro operadores, en tres cuencas geológicas. Son 11 campos con un potencial de 34 mil barriles diarios en esta región, según datos presentados por Felipe Bayón, presidente de Ecopetrol.

El viceministro de Energía, Diego Mesa, sustentó que en Boyacá, no hay adjudicados bloques para YNC, pero los senadores, así como autoridades locales y comunidades consideran que no quieren fracking, y cuestionan que no existe un retorno al desarrollo sostenible de la región, por la explotación minera y de hidrocarburos.

Para la senadora, Sandra Liliana Ortiz la preocupación, además de si se va a hacer fracking en la región o no, es el impacto ambiental: ¿Quién va a asumir la responsabilidad por los pasivos ambientales en la sierra de las Quinchas y la ciénaga de Palagua?  Preguntó la senadora al ministro de Ambiente, Ricardo Lozano “Esto es un daño monumental a un tesoro no de Boyacá, no de Colombia sino del mundo y es hora de que asuman la responsabilidad”, enfatizó.

Pidió al ministro de Ambiente y al presidente de Ecopetrol, más control y sanciones por casos como el derrame de la serranía de Las Quinchas,  y la contaminación de las aguas de la ciénaga de Palagua, considerada como la segunda en importancia ecológica de Boyacá después del lago de Tota, que según la Anla están contaminadas con fenoles (producto derivado del petróleo).

Este impacto ambiental en la ciénaga, ubicada en la jurisdicción del municipio de Puerto Boyacá, se generó tras la ruptura de las tuberías de las empresas petroleras que explotan el hidrocarburo en el Magdalena Medio, que atraviesa las fincas que quedan en la zona de influencia de la reserva natural de agua.

Minería bien hecha

Para la senadora Ortiz el 72% de la minería en Boyacá corresponde a minería en pequeña escala, y esto implica una revisión y acompañamiento a los mineros para para minimizar el impacto negativo ambiental, pero también que “se les apoye y no se les acose desde los entes de control. Los pequeños mineros son aliados”, aclaró.

El  representante a la Cámara por Boyacá, Wilmer Leal Pérez, señaló que de los 9.602 títulos mineros existentes en Colombia, 1.574 corresponden a Boyacá. Sin embargo, desde hace 25 años los municipios piden ayuda por la escasez de agua, especialmente en Chiquinquirá.

Considera Leal Pérez que se debe decir ‘no’ a la explotación en el lago de Tota “No podemos seguir pensando en petróleo cuando ni si quiera hemos solucionado el problema de agua potable de varios municipios”, agregó.

El ministro de Ambiente, Ricardo José Lozano Picón señaló que Boyacá es el departamento colombiano con menos bosques. El principal problema: la deforestación en aumento, y la mayor preocupación es el Lago de Tota, con 28 milímetros cúbicos al año en tiempo seco.