CICLISMO

“Ya me estaba preparando un lugar en el cielo”, Fabio Jakobsen y su resurrección en la Vuelta a España 2021

El neerlandés le ganó la carrera a la muerte y regresó a la bici para imponerse en la etapa 4 de la ronda ibérica.

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17 de agosto de 2021, 11:19 p. m.
Jakobsen está "grave pero estable" tras caída en el Tour de Polonia | Foto: AFP

En el Valle de los Milagros, el suceso extraordinario que provocó admiración y sorpresa fue Fabio Jakobsen. El neerlandés despertó de un coma inducido luego de que Dylan Groenewegen lo cerrara en la disputa de un embalaje en el Tour de Polonia 2020. El ciclista del Deceuninck-Quick-Step se fue contra las vallas donde casi deja su vida. El corredor del Jumbo-Visma fue descalificado de esa competencia mientras su compatriota luchaba por seguir en este mundo.

En su primera entrevista para el medio de su país AD, Jakobsen dio un espeluznante relato sobre ese doloroso momento: “Había sangre por todas partes. Florián vio que me estaba ahogando con mi propia sangre. No podía moverme, vio el pánico en mis ojos. En un acto reflejo tomó mi cabeza y la levantó ligeramente para que la sangre pudiera brotar de mi boca y garganta. Después de eso me calmé, me contó más tarde”, relató a ese medio de comunicación y complementó: “Ya estando en el hospital, pensaba que estaba muriendo. Estaba aterrado, estaba luchando, sentía pánico. Fueron los días más largos de mi vida. Está allí como un zombi”, relató.

Incluso confesó que un sacerdote llegó hasta la unidad de cuidados intensivos y que su tarea no estaba clara, no sabía si aplicarle la extremaunción o simplemente fortalecerlo espiritualmente para que se quedara en la Tierra: “Tal vez oró para que yo viviera, pero ya me estaba reservando un lugar en el cielo”, dijo Jakobsen.

El diagnóstico médico del ciclistas neerlandés fue: “Contusión cerebral, fracturas en cráneo, nariz rota, paladar roto y desgarrado. Diez dientes rotos, mandíbula superior e inferior desgarrada, múltiples cortes en la cara, pulgar roto, hombro magullado, pulmones magullados, nervio de la cuerda vocal golpeado.

Un lugar en el cielo de los campeones ibéricos...

“La victoria más bonita”, dijo Fabio Jakobsen al cruzar la meta primero en la etapa 4 de la Vuelta a España. Sin embargo, el mejor premio para el neerlandés fue el cariño de sus compañeros y rivales: “Personalmente estoy muy contento”, dijo el colombiano Egan Bernal.

“Sí parece que puedo cerrar un capítulo de mi vida. El accidente siempre estará ahí, pero ahora quiero escribir otro”, aseguró Jakobsen y agregó: “Estuve un mes en la UCI intentando salvar mi vida. Lo primero fue la recuperación física. Perdí muchos dientes y sufrí muchas fracturas en la cara.”

Agregó, además, que “mi primer objetivo era ser una persona normal. Luego llegó el plano mental. Al principio tenía miedo de la velocidad, de todos los riesgos que hay en un esprint de sufrir una caída, pero el equipo me dio tranquilidad. Me dijo que me esperarían lo que fuera necesario y cuando volví, me volví a sentir bien, la formación me proporcionó un tren de lanzadores similares al que tenía antes de la caída y recuperé la confianza”, relató después de la jornada que se llevó a cabo entre El Burgo de Osma y Molina de Aragón sobre una distancia de 163 kilómetros.

Mentalmente está tan fuerte que sin reparo compara lo que sufrió en aquel hospital de Polonia con su velocidad al embalaje sobre la bicicleta: “Dedico este triunfo a mis compañeros, a mi familia, a mi prometida y a los médicos de Polonia y Países Bajos. A todos los que han dedicado algo de tiempo para que yo pueda estar aquí haciendo lo que me gusta, correr en bicicleta. Superar aquello es mucho más difícil que ganar un esprint. Ahora estoy mucho más concentrado en los últimos 40 kilómetros y, sobre todo, en los últimos cinco. También mantengo más la distancia, pero no por miedo, sino porque cualquier incidente hace que no puedas disputar el triunfo. No es que frene demasiado, porque un velocista no puede frenar mucho, pero sí estoy mucho más centrado”, asegura como aprendizaje un hombre cuyo coraje y resiliencia es el mejor ejemplo para el pelotón hoy en España.