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Compras

Comprar ropa cara es una decisión inteligente, mire las razones

‘Lo barato sale caro’, ¿lo ha escuchado? Y es que aunque usted busque ahorrarse unos cuantos pesos, en una compra no está ayudando a su bolsillo, al medio ambiente ni a la formalidad laboral. Le contamos por qué.

Katherinn Cuervo
17 de agosto de 2016

Los bajos precios en las prendas de vestir suelen ser muy atractivos cuando se desea ir de compras sin gastar mucho dinero. Escoger entre un pantalón de $ 200.000 y uno de $90.000 llega a ser complicado y más cuando el gusto por uno u otro prima por encima de algunas otras destinaciones salariales. Sin embargo, quienes prefieren ahorrar lo que más se pueda no tendrán ninguna duda en tomar la segunda opción.

En Colombia con un salario mínimo de $781.242 y un sueldo promedio en ofertas para profesionales de entre uno a tres millones de pesos según un informe de tendencia laboral del empleo.com, no resulta tan ‘descabellado’ ahorrar lo que más se pueda en este tipo de gastos. Bogotá y Medellín son las ciudades con más participación en compras con un 44% y 16% de gasto respectivamente, de acuerdo con el estudio de medición de mercados Nielsen de 2017. Le siguen Cali y Barranquilla con 15% y 7%. 

Sin embargo, detrás de tan aparentes buenas promociones, consumos y bajos precios, la realidad va más allá de tan solo conseguir un buen ahorro por una compra. Ofrecer a los clientes bajos costos y lograr satisfacer la demanda requiere del manejo de una gran oferta, es decir, de una producción masiva que permita tener al día la cantidad de prendas requeridas, solo que para ello factores como el medio ambiente y la forma de empleabilidad se pueden ver afectadas gravemente.

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¿Por qué?

En cuestiones de empleo, se ha denunciado la explotación laboral con maquilas en pésimas  condiciones para sus trabajadores en cuestiones de seguridad y calidad de vida. Horarios laborales extenuantes de entre 10 y 12 horas que traen consigo enfermedades profesionales que en algunos casos llevan a la incapacidad o inclusive la muerte, ambientes tóxicos, despidos injustificados, precariedad en horarios de descanso o permisos y falta de prestación de servicios en muchos empleos que llegan a ser informales.

Como es el caso de algunas maquilas latinoamericanas o del sudeste asiático, un ejemplo, fue el desplome del edificio Rana Plaza que funcionaba como una fábrica de ropa en Bangladesh en 2013, donde murieron más de 1.000 personas a causa de las malas condiciones de seguridad, pues el edificio ya presentaba unas grietas que nunca fueron tenidas en cuenta.

Grandes marcas reconocidas estadounidenses y británicas como Mango, Benetton, Cato Fashions Primark aceptaron que en esos talleres se fabricaban sus productos. La respuesta a por qué alguna ropa resulta más económica, es porque fábricas como estas se establecen en lugares centroamericanos por los bajos costos de producción y de mano de obra en el que se pueden ahorrar grandes cantidades de dinero.

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Según un informe de la ONG Oxfam Intermón, las empresas eligen estas zonas porque “les permiten producir con estructuras de muy bajo costo y sin demasiada fiscalización por parte de los Gobiernos anfitriones”. Por ejemplo, gozan de exención o aplazamiento de los derechos de aduana y de los impuestos sobre las ventas y sobre la renta”

En cuanto al impacto ambiental, según un estudio de Massachusetts Institute of Technology en 2013, citado por Dinero en imagen, 25 millones de kilogramos de algodón se produjeron en todo el mundo. De los cuales aproximadamente el 40%, que representa los 10 millones de kilogramos, fue utilizado para la fabricación de prendas de vestir. Lo que quiere decir, que en un año la industria de la moda llega a generar emisiones de gases de efecto invernadero.

¿Qué hacer?

Aunque usted crea que es solo cuestión de políticas o responsabilidad social por parte de las industrias textiles el compromiso de cambiar estas problemáticas, no es así, pues usted también puede aportar con un ‘granito de arena’ de la siguiente manera:

  • ¿Tiene una marca favorita a la hora de comprar sus prendas de vestir? Si es así, revise un poco sobre la compañía que está detrás, cómo trabajan y si hace pública información acerca de su producción o suministro. Aunque sea una tarea algo extraña, le ayudará de todas maneras a saber si usted está apoyando una industria que explota a sus trabajadores.
  • Marc Bain, reportero de Quartz.com, citado en Dinero en imagen recomienda comprar menos para contribuir el impacto negativo de la industria.
  • Comprar ropa más cara, aunque no todas las veces el precio influye en la calidad de las prendas, la gran mayoría de las veces sí, pues cuando usted compra más barato las costuras y las telas suelen ser de baja calidad, por lo que el tiempo de duración va a ser menor. Obligándolo a botar rápidamente esa prenda y a caer en gastos más frecuentes.
  • Si usted es de esas personas compulsivas a la hora de comprar, las compras baratas no le van a aportar mucho, pues precisamente lo que le parece atractivo, por lo general, son los precios, así que huya de ellos las veces que sean posibles.
  • Bain recomienda la fórmula de ‘costo por uso’, que se trata de tomar el costo real de la prenda y dividirlo por el número de veces en las que la usará. La ropa más cara será útil si quiere invertir en algo que quiere usar en varias ocasiones.
  • Compre solamente si está seguro o segura de que lo quiere, esto para que no se le quede en el closet para una sola postura. Es decir, ‘no compre por comprar’.