Karl Troller y Eduardo Arias, periodistas. | Foto: Juan Carlos Sierra

CONVERSATORIO

Eduardo Arias y Karl Troller, 40 años combinando ideas

En entrevista con SEMANA, los creadores de Revista Chapinero nos cuentan sobre la relación de Rusia y Colombia.

Fredy Gonzalo Nieto*
2 de junio de 2018

Entre los tantos libros que tienen al Che Guevara en su portada, hay un diccionario de la ‘Ch’ firmado por ‘Arias&Troller’. Lo publicaron en 1999 y es apenas uno de tantos buques que este par han navegado juntos. Aquí nos llevan por un viaje desde las costumbres criollas más arraigadas, hasta el deleite que les produce la cultura rusa. Hacia ese país apuntan muchas de las cosas que ambos disfrutan, sobre todo ahora que tanto Colombia como Suecia y Suiza, los países de sus antepasados, se clasificaron al Mundial.

SEMANA: ¿Cómo se conocieron?

KARL TROLLER: En el colegio Helvetia, en 1976. Teníamos un grupo de música, nos presentábamos en unas murgas y hacíamos ensayos. Después comenzamos a ‘mamar gallo’ con jingles políticos. Ese grupo se acabó pero después nos volvimos a encontrar en la Universidad de los Andes.

SEMANA: ¿Allá nace la revista ‘Chapinero’?

K.T.: Eduardo ya llevaba dos años estudiando Biología cuando yo entré a estudiar Arquitectura. En 1980 comenzamos a pensar en una publicación que reivindicara la cultura popular bogotana, la del Only y los almacenes Tía.

SEMANA: En esa época, ¿había alguna conexión rusa con Colombia?

K.T.: En mi caso el primer contacto se da con los cineclubes mamertos de la Cinemateca Distrital. Allá nos reuníamos a ver películas como El acorazado Potemkin.

EDUARDO ARIAS: De los setenta y ochenta también era la canción del Kasachok y la de El Aguardientosky, populares en las fiestas bogotanas. Con decirle que era una época en la que a los perros solo les ponían tres nombres, todos soviéticos: Trotsky, Laika o Káiser.

SEMANA: En esa línea, ¿con qué íconos identifican a Rusia?

K.T: El Kremlin, el vodka, Lenin, la mancha en la frente de Gorbachov y María Sharapova.

E.A.: El invierno, la Plaza Roja, el ballet Bolshoi, el Sputnik, la camiseta del equipo de fútbol de la antigua Unión Soviética, el ajedrez, los gorros de piel, el vodka y el himno.

SEMANA: ¿Cuál sería un libro para aprender de cultura rusa?

E.A.: Me acuerdo de dos libros que me dieron a leer desde niño. Uno era La perrita, el chico y el cohete, el otro eran dos volúmenes que se llamaban Física recreativa, de Yakov Pelerman.

K.T: Cualquiera de Mijaíl Bulgakov.

SEMANA: ¿Algún compositor?

E.A.: Igor Stravinsky

K.T: Pussy Riot y T.A.T.U. (risas)

SEMANA: Un director de cine.

E.A.: Sergei Eisenstein.

K.T: Andrei Tarkovski.

SEMANA: ¿Cuándo los llevaron por primera vez a un estadio?

E.A.: En 1965 me llevaron a un Santa Fe-Cali en El Campín. Esa vez el Cali ganó 3-1 a los rojos.

K.T: Me acuerdo de una eliminatoria cuando Colombia tenía el uniforme naranja con la banda tricolor atravesada. Debió ser en 1981 contra Perú.

SEMANA: ¿Es el fútbol arte o distracción?

E.A.: Arte no sé, pero una manifestación cultural muy fuerte sí es. Permea a toda la familia y forma parte del imaginario global.

K.T: Tan global es que si uno no sabe de fútbol lo matonean. Es muy popular por un lado, pero a la vez se ha creado una gran presión alrededor de ese deporte.

*Periodista de SEMANA