Los patrones pixelados son más efectivos que el camuflaje americano, pues engañan a los sistemas electrónicos de detección. | Foto: Cortesía Ejército Nacional

INNOVACIÓN

¿Por qué los uniformes de los soldados de nuestro Ejército tienen pixeles?

Porque los hace más difíciles de detectar. Por eso en 2006 se dejó de lado el tradicional patrón de camuflaje americano para incorporar el pixelado. Aquí le explicamos todo.

14 de julio de 2018

En Colombia hay más de 1.200 operarios que trabajan diariamente para vestir a los miembros del Ejército Nacional, quienes necesitan del camuflaje –estrategia biológica de ocultación para confundirse con el medioambiente– con el fin de ser más efectivos en las operaciones militares.

Uno de los cambios más significativos en sus prendas se dio en 2006, cuando los uniformes cambiaron su aspecto tradicional de camuflado americano y se incorporó en ellos un patrón de píxeles que les permite ocultarse con mayor éxito en las diferentes zonas de combate. Pero, ¿a qué obedeció este cambio?

El coronel Luis Arteaga Ordóñez, del Departamento de Planeamiento Estratégico Logístico del Ejército Nacional, explica que hoy se cuenta con equipos de muy alta calidad que son capaces de detectar geométricamente a un soldado. “El uniforme pixelado es importante porque permite, justamente, que en la noche no seamos vistos. Es simple, cuando un visor nocturno trata de detectar a una persona, busca una figura geométrica para esa detección y la transforma en píxeles. Por eso, si tenemos estos uniformes pixelados logramos engañar a los sistemas electrónicos que, al encontrar los mismos píxeles devuelven la información sin reportar nada”.

El Ministerio de Defensa cuenta con la Dirección de Normas Técnicas y un grupo de personas que, desde el planeamiento y la consecución, confeccionan todo lo que viste e identifica al Ejército Nacional.

Los uniformes son hechos, en su gran mayoría, por madres cabeza de familia como Rocío González, quien desde hace nueve años trabaja en la planta de sastrería, con el sueño de darle una mejor vida a su hijo que sufre de epilepsia y, como consecuencia de la enfermedad, está perdiendo la visión.

“Este trabajo es una bendición diaria. Aquí te ayudan a salir adelante, te apoyan para que estudies en el Sena o, si uno tiene algún problema familiar, como el que afronto con mi hijo, te colaboran para los medicamentos. Son muy humanos y es muy bonito levantarse todos los días con ánimo de llegar a trabajar”, dice González.

Las ‘Juanitas’

Ellas son quienes lideran el trabajo de confeccionar el uniforme de los soldados. Les dicen así en homenaje a las mujeres que elaboraron los vestidos especiales del Ejército libertador de Simón Bolívar cuando atravesó el Páramo de Pisba. El Batallón de Intendencia incorpora a las viudas de oficiales que han fallecido por efectos de la guerra y a los hijos que han quedado huérfanos para que puedan seguir contribuyendo en la institución.

“Las llamamos cariñosamente las ‘Juanitas’. De esta manera traemos al presente una historia que en 2019 cumplirá 200 años, la de la batalla emancipadora del puente de Boyacá (7 de agosto de 1819). Ahí nació el Ejército del país, pero mucho antes nacieron esas mujeres que hoy nos confeccionan los uniformes”, afirmó el coronel Luis Arteaga.