Las comunidades aledañas a los campos de Interoil le hacen grandes exigencias a la compañía. La respuesta ha sido efectiva. | Foto: Cortesía Interoil

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La petrolera noruega Interoil quiere expandir su operación en Colombia

Desde 2004 esta compañía, con casa matriz en Oslo, asentó sus labores de exploración y producción en los departamentos de Tolima y Casanare. Allí ha fortalecido sus lazos con las comunidades.

14 de noviembre de 2018

La historia de Interoil comenzó en medio de las montañas de Oslo, capital de Noruega. Allí, la compañía ideó el negocio de los hidrocarburos con intenciones de surgir en América Latina, y en 2004 comenzó a operar, como hoy la conocemos, en Colombia.

La petrolera inició sus labores en los departamentos de Casanare y Tolima, donde después de un arduo trabajo, el crudo empezó a brotar. Entonces se convirtió en una empresa pública y hoy el 75 por ciento de sus acciones les pertenecen a personas naturales. Actualmente su flujo de caja es positivo y mantiene operaciones en esos mismos departamentos: en tres bloques y nueve pozos entre exploratorios y productivos.

“Estamos convencidos de que seguiremos creciendo, creemos en el país, nos gusta el desafío técnico y hay un gran potencial”, explica Leandro Carbone, director ejecutivo de Interoil en Colombia. Sin embargo, avanzar en esos territorios no ha sido sencillo. Entre 2017 y 2018 Interoil ha hecho las inversiones más grandes de su historia en el país.

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La ausencia del gobierno en las regiones, la inestabilidad de las instituciones y las petroleras que basan su trabajo de responsabilidad social en asistencialismo con la entrega de dineros, han generado un nuevo debate sobre la importancia de encontrar intereses mutuos entre las empresas y la comunidad para el beneficio colectivo. Lograr ese cometido ha sido uno de los grandes desafíos para muchas compañías. “No somos el Estado”, es una respuesta compartida entre los petroleros.

En el caso de Interoil, la exigencia de la comunidad es tan compleja, que incluso supera el valor de lo que cuesta realizar una exploración. “Son 130 familias que solicitan la construcción de viviendas, corrales, espacios de siembra y piscicultura para cada una. Es insostenible”, expresa Carbone, y agrega que a pesar de ello, hoy la percepción de convivencia entre la empresa y la comunidad está mejor que nunca.

En el último año Interoil costeó la compra de los materiales para los corrales y la misma comunidad los construyó. De esa manera se ha cultivado un sentido de pertenencia y la petrolera ha podido avanzar en sus operaciones. Ha sido un ejercicio de mutuo beneficio. Ese es el ideal de la multinacional, crecer de la mano de las comunidades. Sus planes a futuro son expandir su presencia en Colombia y en países suramericanos como Argentina.

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