Actualmente en el sistema de matrículas de la ciudad hay registrados 2.464 niños, niñas y adolescentes de Venezuela. | Foto: David Estrada

OPINIÓN

“Es una prioridad garantizarles educación a los menores venezolanos”

En Medellín hay 4.016 extranjeros certificados. El 97,9 por ciento de estos son venezolanos. Colombia no está en las mejores condiciones para recibir una ola migratoria de tal magnitud, pero negarles una vida digna no es una opción.

Federico Gutiérrez Zuluaga*
25 de septiembre de 2018

Desde hace apenas unas décadas, Venezuela, que era una de las naciones más ricas del mundo, se ha deteriorado a un ritmo acelerado. La crisis humanitaria que atraviesa es muy seria y no es ajena a nuestra realidad. De acuerdo con las proyecciones del Fondo Monetario Internacional, la inflación en ese país llegará a ser de 1 millón por ciento a finales de este año. Este panorama económico, que se traduce en nefastas condiciones sociales, ha causado la migración de sus habitantes, especialmente hacia Colombia.

Según la más reciente base de datos del Sisbén, en Medellín hay un total de 4.016 extranjeros certificados, y el 97,9 por ciento de ellos son venezolanos. Durante los meses de enero y julio de 2018, esta población ha crecido 185 por ciento con respecto al último semestre del año pasado. Pero hay que tener en cuenta los subregistros, cuyas cifras son superiores.

Muchos de los venezolanos que han llegado a la capital antioqueña son padres con niños pequeños. Para nosotros es una prioridad garantizarles educación a los menores. No podemos permitir que se queden por fuera del sistema escolar, ni mucho menos que caigan en las falsas oportunidades que ofrece la ilegalidad. Actualmente en el sistema de matrículas de la ciudad hay registrados 2.464 niños, niñas y adolescentes de Venezuela. Es la mínima condición que debemos proporcionarles a los extranjeros y lo seguiremos haciendo.

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Las motivaciones y las circunstancias de la migración colombiana hacia Venezuela en las décadas de los setenta y ochenta eran muy distintas. Si bien este desplazamiento de población no es comparable al que hoy se presenta, sí hay un punto que tienen en común, y es que la gente busca mejores condiciones de vida. No podemos condenar a quienes quieren ofrecerles a sus familias una existencia próspera y tranquila.

Es verdad que la situación es muy difícil, pero también es cierto que la solidaridad es una característica de los colombianos. Tenemos un panorama complejo, por eso hay que enfrentarlo de manera responsable, dando condiciones para que los procesos se den en el marco de la legalidad. Quienes llegan, deben sentir esta tierra como propia; una buena convivencia ciudadana empieza por el sentido de pertenencia. Hoy ellos nos necesitan; extendámosles la mano. Somos hermanos, nos unen más características que una frontera que, en otros momentos, muchos colombianos también cruzaron.

*Alcalde de Medellín.