La constitución de 1991 dio tratamiento especial y derechos concretos a cada sector poblacional. | Foto: Federico Ríos

POLÍTICA

La Constitución de 1991 dio un gran paso hacia la igualdad en Colombia

Lo explica en este texto el exsenador de la Alianza Verde y candidato a la Alcaldía de Bogotá, Antonio Navarro Wolff. Él contribuyó a redactar esa Carta Magna que visibiliza a las minorías.

Antonio Navarro Wolff*
25 de septiembre de 2018

La antigua Constitución de 1886 solo tenía un artículo sobre los derechos de los ciudadanos. Esta norma establecía a grandes rasgos la protección de las personas. Por esta razón, la Asamblea Constituyente decidió hacer una Carta Política que especificara los derechos humanos y los de los sectores especiales de la población.

Antes de la Constitución de 1991, si alguien consideraba que sus derechos estaban siendo violados, la respectiva autoridad interpretaba el hecho y daba un veredicto. La actual especifica derechos concretos para los niños y tratamientos especiales para cada uno de los sectores de la población, como los indígenas y los afrocolombianos con quienes se saldó una deuda histórica. Con esta Carta Fundamental empezamos a hablar de una discriminación positiva para estas poblaciones, es decir, logramos que gocen de un tratamiento especial que les garantice más de lo que pudieron conseguir siendo minorías.

A los indígenas les concedió la mayoría de edad (antes eran tratados como menores) y la posibilidad de acceder a la participación política. Hoy cuentan con dos asientos en el Senado y uno en la Cámara de Representantes. También recuperaron su lengua, su territorio y sus formas organizativas.

Además, el artículo 55 transitorio estableció un tratamiento de discriminación positiva para los afrocolombianos de la costa del Pacífico. Posteriormente, surgieron normas que protegieron su derecho a la tierra, entre otras disposiciones que salvaguardan sus costumbres.

Todavía tenemos otras deudas, por ejemplo, con el género femenino. Aún no hay igualdad de obligaciones familiares entre el hombre y la mujer. Ella sigue manteniendo esa doble carga del hogar y del trabajo.

Hoy Colombia enfrenta situaciones como el posconflicto y la llegada de los migrantes venezolanos. En el primer caso, es necesario darles la mano a las personas que se están reincorporando a la sociedad. Sustraer de la participación política a los jefes de las Farc es debilitar su inclusión plena. Con los migrantes del vecino país, es clave que el gobierno piense en solicitar ayuda internacional, pues Colombia no cuenta con los recursos para brindarles la atención que necesitan.

*Senador y docente universitario.