En Ciudad de Panamá hay varios lugares para rumbear al aire libre. | Foto: iStock

TURISMO

De rumba por el casco antiguo de Ciudad de Panamá

La vida nocturna de Ciudad de Panamá está en las calles de su casco antiguo. Ahí encontrará rumba, elegantes bares y una gran variedad gastronómica.

7 de enero de 2018

En una ciudad costera como Panamá, el clima decide qué se puede hacer y qué no. Si llueve, lo mejor es buscar un plan bajo techo, pero si la noche está despejada, no dude en salir. Para ahorrar algo de dinero empiece por consultar si el bar al que quiere ir tiene las mismas tarifas para hombres y mujeres, y a qué hora empieza a cobrar la entrada. Puede sorprenderse con las promociones que anuncian en sus redes sociales. El ingreso generalmente está entre 10 o 20 dólares por persona.

La segunda recomendación es que no se quede en un solo bar. Si tiene para pagar varias entradas,hágalo. Encontrará una amplia variedad de lugares. Aquí una breve selección que resume lo mejor de la rumba en la ciudad.

Más cerca del cielo

Foto: Luis Ángel

Si el clima es amable, empiece por un bar en alguna terraza. Muchos tienen vista a la bahía de la ciudad y una generosa barra de licores. Es el caso de
Casacasco, un edificio con un elegante bar en los pisos cuarto y quinto. En el último también puede comer. Visítelo en la tarde, cuando aún no está tan
lleno. La atmósfera tranquila del lugar es ideal para disfrutar de buenos cocteles y empezar la noche.

Hora de bailar


Foto: Luis Ángel

Con un poco más de ánimo deje de lado sus preocupaciones y entréguese a la pista. Un buen espacio para hacerlo es Casa Jaguar. El lugar está dividido en dos ambientes. Uno exclusivo de reguetón, donde naturalmente está casi toda la gente. Al otro lado hay uno de electrónica más amplio y apto para quienes no son amigos de las multitudes.

Qué tal una ‘pinta‘


Foto: Luis Ángel

¡Y que sea artesanal! Esta tendencia cervecera apenas está empezando en Ciudad de Panamá y ya tiene varios referentes. Uno de los más respetados es Casa Bruja, una cervecería local que acaba de abrir su nueva sede en una casona de impecable decoración en el casco antiguo, que se caracteriza por el excelente maridaje entre su comida y sus ‘pintas’, como le dicen en Panamá a la cerveza. Una advertencia: el lugar cierra a las diez de la noche.