Con el apoyo de las nuevas generaciones, la de Cartagena será una de las bahías más destacadas de América Latina en el futuro. | Foto: Héctor Rico

DESARROLLO

En el mar está la riqueza para las nuevas generaciones

Cartagena es primero mar y luego ciudad. Este es el mensaje de Milton Cabrera, periodista y docente de la Universidad de Cartagena.

Milton Cabrera Fernández*
9 de noviembre de 2017

Su estratégica ubicación y las características de su bahía la convirtieron desde finales del siglo XVI en uno de los puertos más importantes para la llegada y la salida de todo tipo de mercancías, así como para el arribo de esclavos en barcos europeos. A partir de esa dinámica comercial y esclavista la antigua San Sebastián de Calamarí comenzó a brillar como puerto, para luego convertirse en ‘la fantástica Cartagena de Indias’.

Desde la época colonial la ciudad siempre figuró como punto estratégico de desembarco y enlace en los mapas de las rutas marítimas. Esa vocación se reivindica hoy más que nunca. Gracias a la consolidación de su infraestructura portuaria y logística, el puerto es uno de los más modernos y dinámicos de la gran cuenca del Caribe y de la región. Hoy atiende a más de 30 líneas navieras con diversos servicios, rutas y frecuencias; mantiene conectividad con casi 650 puertos, en más de 140 países; y en 2016 por sus terminales se movieron 2,3 millones de TEU y 20.478.912 toneladas. Además, en los últimos años fue el cuarto puerto con mayor actividad en América Latina y quiere llegar a ser uno de los 30 más importantes del mundo.

Con las nuevas oportunidades económicas y comerciales se espera que Cartagena movilice al menos 3 millones de contenedores anuales a partir de 2018. De esta forma se convertiría en el principal puerto de transbordo del continente y se incrementará su competitividad. Cabe recordar que Colombia, desde la bahía, moviliza el 60 por ciento del comercio con Estados Unidos.

No basta con escribirlo en esta revista, ni con recordar la relevancia de nuestro puerto si no se lo contamos a nuestros jóvenes. Y eso es algo que trato de transmitirles en la cátedra ‘Cartagena, puerto y ciudad’. Gracias a ella mis estudiantes y yo hemos podido visitar puertos en plena operación. Ahí he podido ver lo poco que nuestras nuevas generaciones conocen del ámbito portuario y comercial que tanto ha aportado a nuestra ciudad. Más allá del paisaje, nuestra juventud no conoce la riqueza de su mar.

Desde cualquiera que sea nuestra orilla, desde los gremios, la industria, la pequeña empresa, el Estado, la comunidad, la academia o los medios, es momento de hacerles saber a nuestros jóvenes que en el mar está el futuro, para que nunca olviden lo que la historia nos sigue contando: que Cartagena es primero mar y puerto, y luego ciudad.

*Profesor de la Universidad de Cartagena.

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