Andrés Julián Rendón, alcalde de Rionegro.
Andrés Julián Rendón, alcalde de Rionegro. | Foto: Jonny A. García

ENTREVISTA

"Hicimos lo más difícil", reconoce el alcalde de Rionegro

Andrés Julián Rendón ha tomado decisiones necesarias que, según dice, otros ignoraban. En entrevista con SEMANA profundiza en ellas y en las capacidades del municipio para convertirse en una ciudad del futuro.

27 de noviembre de 2017

SEMANA: Ganó la Alcaldía en su tercer intento. ¿Por qué la insistencia?

ANDRÉS JULIÁN RENDÓN CARDONA: Cada vez que pasaba una elección –participara o no– y no se daban las cosas, quedaba frustrado. Hombre, es que uno puede estar equivocado, pero si no le demuestran lo contrario, sigue pensando que tiene una idea certera. Por eso lo intentamos. Hoy tomamos decisiones que mucha gente sabía que debían tomarse tiempo atrás, como vender Empresas Públicas de Rionegro o construir un sistema de transporte masivo, pero no se atrevían a tomarlas.

SEMANA: ¿Por qué no?

A.J.R.C.: Porque es más fácil pasar raspando: iluminar una vía, hacer una placa huella en una vereda, entregar 100 casitas. Eso es muy cómodo y la ciudadanía a veces no es tan exigente. Abstenerse de tomar decisiones difíciles le permitía a mucha gente terminar el periodo. Nosotros, después de intentarlo tres veces, no podíamos llegar aquí a hacer lo cómodo.

SEMANA: ¿Qué significa ser el alcalde del lugar donde nació?

A.J.R.C.: Me siento como un profeta en su tierra. La gente votó por nosotros con mucho cariño, como diciendo “despachemos a Andrés Julián para que haga su tarea”. Eso me recuerda algo que leí sobre Abraham Lincoln, que aspiró varias veces al Senado. En una ocasión le fue a pedir a una señora que votara por él y ella dijo: “¿Otra vez usted?”. Lincoln le respondió que votara por él para no tener que volver a molestarla.

SEMANA: ¿Tiene miedo a equivocarse?

A.J.R.C.: Miedo, no. Equivocarse está en la condición humana. Cuando uno asume una posición como esta, corresponde informarse muy bien, dejarse llenar de argumentos, escuchar a las personas. Explicar bien las decisiones. La gente es inteligente y sabe qué le conviene, pero necesita que usted le informe para que no se quede con el comentario del que no quiere que se tome una decisión porque tiene un interés puntual.

SEMANA: ¿Teme que el próximo alcalde eche atrás algunas de sus decisiones?

A.J.R.C.: Ese es un riesgo que tiene nuestra democracia. Yo espero que la gente defienda las medidas que tomamos. Lo más duro ya se hizo: los que vienen podrán aprovechar, por decirlo de alguna manera, la ‘pela’ que nos dimos. Sería incomprensible que otro alcalde no hiciera las obras planeadas porque ya no le tocará tomar ninguna decisión difícil, solo hacer la obra y ganarse los aplausos.

SEMANA: ¿Cómo enfrenta el escepticismo?

A.J.R.C.: Con un gran esfuerzo pedagógico que exige contacto con la comunidad y estar explicando permanentemente. Por ahí dicen que cuando uno ya está cansado de repetir, apenas lo están empezando a escuchar. Tratamos de hablar con la gran mayoría de la población para darle una voz y que las decisiones se entiendan.

SEMANA: ¿Cómo evitar algunos errores de las grandes ciudades?

A.J.R.C.: No queremos, por ejemplo, cometer el error del Valle de Aburrá, que densificó sus laderas. Para eso tomamos la decisión de ser más exigentes en el tema de la construcción. En 2015, Rionegro licenció 700.000 metros cuadrados, pero el primer año de nuestro gobierno, bajamos casi a la mitad de eso: 400.000. Queremos ejercer una ocupación ordenada del territorio pensando en el bien público.

SEMANA: ¿Se está adelantando a los hechos con algunas decisiones?

A.J.R.C.: Cuando presentamos el proyecto del tren ligero, el expresidente Uribe me dio una recomendación: “Las obras hay que hacerlas cuando no se necesitan”. Me contó que cuando él dirigió la Aerocivil y supervisó la construcción del Aeropuerto José María Córdova, fue a Calgary, en Canadá, donde le mostraron un aeropuerto que estaban empezando a construir, pero que iban a necesitar apenas en 100 años. Él me dijo que cuando las obras ya son muy urgentes, puede haber dificultades para sacarlas adelante.

SEMANA: Rionegro es el eje que une a los demás municipios de Oriente. ¿Cómo asume esa responsabilidad?

A.J.R.C.: Con mucho respeto por mis colegas y manteniéndome en el medio. Un buen amigo me decía: “Andrés Julián, si usted se les acerca mucho a sus colegas, pensarán que los quiere mandar, y si se aleja mucho dirán que es una persona distante y ‘pinchada’. Recuerde que usted es igual a todos ellos”.

SEMANA: ¿Qué les dice a quienes creen que Rionegro es una extensión de Medellín?

A.J.R.C.: Medellín es una gran ciudad que todos queremos mucho, pero son dos realidades absolutamente diferentes. Además, para bien, tenemos un gran diferencial: el aeropuerto. Después de nuestra gente, es lo que nos ha permitido empezar a caminar con aliento y determinación propia.

SEMANA: ¿Qué representó para la ciudad la cumbre ‘Rionegro se proyecta en Colombia’?

A.J.R.C.: Mostrarle al país que hay ciudades distintas a las capitales que tienen una gran autodeterminación y capacidad de transformarse. Esa cumbre les dice a los colombianos: “Oiga, por allá en el Oriente de Antioquia hay un municipio que hace tránsito a una gran ciudad”.