Shenzen, en China, fue la primera ciudad del mundo en sustituir su flota a buses eléctricos. | Foto: iStock

TRANSPORTE

Estas tres ciudades apuestan por una movilidad sostenible

Shenzhen, en China; Santiago, en Chile; y Medellín, en Colombia, empiezan a dejar atrás los combustibles fósiles e invierten en un transporte público eléctrico.

12 de mayo de 2019

Medellín / Colombia

A la capital antioqueña la rodean siete cerros que conforman el Valle de Aburrá. Debido a esta condición geográfica los gases y partículas contaminantes que liberan los buses y autos de la región se estancan en la atmósfera urbana. Por esto, desde hace más de 20 años Medellín le apuesta a un sistema de transporte integrado y sostenible. Es la única ciudad de Colombia que cuenta con servicio de metro, teleférico y tranvía propulsados por electricidad.

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Adicionalmente, en 2018 llegó el primer bus eléctrico, que comenzó a operar en la ciudad en la ruta entre las paradas de Aranjuez y la Universidad de Medellín. Para el segundo semestre de 2019 se espera que 64 autobuses de estas características se sumen a las operaciones complementarias del Metro.

Shenzhen / China

Es la primera ciudad del mundo que sustituyó totalmente su flota de autobuses diésel por vehículos eléctricos. Cuenta con más de 16.000 unidades y 510 estaciones de carga. Recargar la energía de los buses toma dos horas y cada poste puede abastecer a 300 por día.

El gobierno chino ve en el transporte eléctrico una oportunidad para que sus empresas lideren el sector automotor. Y los datos indican que van por buen camino: en los primeros ocho meses de 2018, las ventas de vehículos eléctricos en China aumentaron 88 por ciento y llegaron a 600.000 unidades.

Santiago de Chile / Chile

Con 200 buses en circulación tiene la flota eléctrica más grande de América Latina. La estrategia adoptada por el gobierno, denominada ‘Transporte Tercer Milenio’, pretende cumplir los compromisos medioambientales adquiridos en el Acuerdo de París, de 2016. Además, busca reducir, hasta en 45 por ciento, la emisión de partículas contaminantes.

Con un plan ambicioso, Chile espera para 2050 que toda su flota de transporte público se mueva con electricidad, y el 40 por ciento de la privada. Motocicletas, automóviles, taxis y camiones hacen parte de la estrategia para combatir la contaminación atmosférica.