Brian Francis Johnson hizo parte de los Scouts y cantó en el coro de la iglesia de su pueblo natal en Dunston, Inglaterra. Junto con AC/DC fue incluido en el Salón de la Fama del Rock en 2003. | Foto: AFP

PERFIL

La ‘modesta’ colección de carros del vocalista de AC/DC

Brian Johnson respeta más el legado de Ayrton Senna que la leyenda de Elvis Presley; su gran pasión son los buenos autos. Tiene una veintena de ellos, pero aún le falta una pieza preciada, ¿cuál es? Se lo contamos.

Daniel Páez.*
15 de diciembre de 2019

A principios de la década de los ochenta la banda AC/DC comandaba los listados musicales y escandalizaba con su sencillo Highway to Hell. Lo que comenzaba como una época dorada para el grupo, pronto se convirtió en tragedia. El 19 de febrero de 1980 su vocalista líder, Bon Scott, fue hallado muerto por envenenamiento alcohólico dentro de un carro en una calle de Londres. Tenía 33 años. Entre canciones sobre autopistas y alto voltaje, el destino de la agrupación era moverse como un bólido.

En medio de la incertidumbre, la propia familia de Scott le insistió a los sobrevivientes de AC/DC seguir rodando. La búsqueda de un nuevo vocalista no duró mucho. Eligieron al inglés Brian Johnson, quien había sido una gran influencia para todos ellos por sus alaridos frente a la banda Geordie. Meses después, con el lanzamiento del álbum Back in Black, en homenaje a Scott, esta cofradía de borrachines tomó una nueva ruta: había llegado su tercer vocalista… y no sería el último.

Brian Johnson usa un gorro de tela, por sugerencia de su hermano, para que el sudor no le caiga en los ojos. Esta ‘newsboy cap’ se asocia con la clase obrera inglesa, lo que le da una imagen alejada del glamur de los tipos famosos. Sin embargo, hay una extravagancia que solo una estrella se puede costear: coleccionar autos de carreras. No resulta tan difícil cuando AC/DC, solamente en 2015, facturó 65 millones de dólares, según la revista Forbes.

Pero el primer ‘pichirilo’ de Brian no fue un carro ostentoso sino un Ford popular de 1959. Se lo regalaron sus padres cuando cumplió 17 años: “Era una cosa horrible, pero significaba libertad. ¡Ya no tenía que esperar en la parada del bus!”, le dijo en una entrevista al suplemento Driving, del Sunday Times inglés. En ese mismo artículo afirmó que así empezó a crecer su afición por los motores. Aunque es un apasionado de Elvis Presley, Little Richard o Robert Plant, sus verdaderos ídolos no cantan, son Juan Manuel Fangio, Ayrton Senna y Tazio Nuvolari: “Estos tipos hicieron cosas que nadie pensaba que fueran posibles”. Lo dice un hombre que en una sola gira recorre 30 países y les canta a 5 millones de personas –es como si toda la población de Sidney fuera a un concierto–.

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Entre sus 20 naves se encuentran ediciones limitadas de modelos como un Lola T70, un Ferrari 458 Italia, un Jaguar F-Type y un Audi R8. El cantante gritón también cuenta con un Bentley Vanden Plas de 1928, con el que no puede llegar a muchos kilómetros por hora en pocos segundos, pero que representa un reto al volante: “El acelerador está en la mitad, el freno de mano está afuera (…) y tiene tripas de rayo (thunder guts)”, como lo definió en el diario USA Today, como si fuera un verso de la canción Thunderstruck.

Por supuesto, los deportivos suenan mejor para recorrer “la autopista al infierno”, pero al cantante de You Shook Me All Night Long también le gusta manejar limosinas. En una entrevista con el portal Motor1 dijo que uno de sus sueños de infancia era tener un Roll-Royce y, en cuanto pudo, se compró un Phantom, que es el modelo más lujoso de la marca más lujosa. Por raro que parezca, incluso conserva un Mini Cooper 1968: el humorista Mr. Bean no es el único que se siente orgulloso de este ícono de Inglaterra.

Y no se trata de tener su carros estacionados para tomarles fotos. Una de las más grandes aficiones de este ronco de oro es conducir en diferentes pistas alrededor del mundo, una distracción que sus compañeros de AC/DC, que no son precisamente monjes budistas y han llegado a pagar condenas por amenazas de muerte, consideran un pasatiempo demasiado peligroso. De hecho, en el Silverstone Classic Celebrity Challenge de 2017, Brian Johnson volcó un Austin A35… ¡y salió ileso!

Pero a la colección de este millonario roquero todavía le falta una codiciada pieza, el Pagani Zonda, que vale la bobadita de 2,5 millones de dólares, se fabrica por solicitud y tiene una lista de espera que puede ser eterna. A esa ‘desgracia’, se le suma que en 2016, poco antes de cumplir 70 años, el doctor le ordenó que dejara de cantar a todo volumen pues corre un alto riesgo de quedarse sordo, así que fue reemplazado temporalmente por Axl Rose, de Guns N’ Roses. En fin, las estrellas de rock también lloran. Sobre ruedas, pero lloran.

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*Periodista.