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ALFA Y OMEGA

Cuando la palabra "fin" aparece en la película "Omega", comienzan las preguntas

11 de junio de 1984

Todas las personas con que he comentado "Omega" coinciden en el entusiasmo por la película y en cierta perplejidad ante el argumento. Normalmente la confusión y el gusto son dos sensaciones irreconciliables, sinembargo no es extraño que coincidan ante una obra artística. En "Omega" tengo la impresión de que todos entendemos lo vertebral: Danforth comisiona a Fasset para una acción cuyo objetivo es decifrar la organización Omega. El puente entre Fasset y los hombres de "Omega" es John Tanner. Hasta ahí no hay problema, y basta con eso para seguir la película, para emocionarse con ella y vivirla con gran intensidad. Pero ahí comienzan los problemas.
Lo genial es que cuando aparece la palabra "fin" en la pantalla es como si destaparan una válvula a presión y salieran disparadas todas las preguntas hasta ese momento represadas: ¿eran o no espías los amigos de Tanner? ¿por qué matan al comienzo a la esposa de Fasset? ¿quién es realmente Danforth?, y fácilmente se siente uno tentado a quedarse y volver a ver la película en vespertina o nocturna.
¿Televisión o realidad?
Una hipótesis para resolver el final, que es donde convergen todas las preguntas, es que efectivamente Tanner libera a su esposa e hijo mientras Danforth le contesta en la televisión las preguntas que previamente aquél le había dejado grabadas.
Otra hipótesis es que nada estaba sucediendo en la realidad, ni Danforth, ni la organización "Omega", ni el terrible fin de semana en la casa de campo. Nada de lo que hemos visto a lo largo de la película era real, todo era parte de un programa de televisión, que puede ser el programa de Tanner llamado Cara a cara.
En favor de esta segunda hipótesis está la paulatina preponderancia que va adquiriendo la televisión en la película. Al principio, cuando vemos por primera vez el asesinato de la esposa de Fasset, la imagen es extraña en su textura y uno no sabe si es que el proyeccionista está distraído o que así es la película. Hasta que nos damos cuenta de que lo que está en la pantalla es una imagen tomada de un televisor y no directamente de la realidad. Esa es la primera pista, el primer dato que nos advierte sobre la posible confusión entre realidad e imagen televisiva.
Y así continúa la película. Lo que aparentemente está sucediendo va tomando un ritmo y una lógica que cada vez se parece menos a la de la realidad y más a la de las series de televisión. El momento en que me parece que ya no hay dudas es en la pelea en la piscina: el incendio del agua con gasolina, la esposa de Tanner disparando la ballesta, los dos hombres bajo el agua incendiada, el asesino ahí en la orilla muy bien armado y sin lograr dar en el blanco. En esa escena ya se hace más evidente que todo lo que estamos viendo es un programa de televisión. De otra forma no tiene lógica.
La televisión y el televidente
Si se acepta esta hipótesis, estaríamos ante una película que se le dirige directa y violentamente al espectador para cuestionarle el que esté aceptando como realidad una narración que sigue la lógica de la aventura televisiva. En otras palabras, "Omega", se dirige a nuestra actividad perceptiva y le pregunta si no distingue el mundo de la televisión del real.
Pero también se puede ver desde el otro lado la película, como si la realidad terminara por parecerse a la televisión. Entonces nos explicaríamos que el argumento funcione así, como funcionan las cosas en televisión, y que nosotros veamos la pelicula como si fuera una aventura real y no como una serie televisiva.
En cualquier hipótesis sobre "Omega" tiene que entrar la televisión como elemento central. Porque la pantalla de la televisión domina todo el mundo de la película: nadie tiene vida privada ni secretos. Dondequiera que esté hay un ojo y oído televisivo, una cámara, una pantalla y un micrófono que lo registra todo. Y al otro lado alguien observa y da órdenes, alguien que a su vez ya fue seguido en otra pantalla.
Sam Peckinpah, el director de "Omega", es muy conocido por la forma como trata el tema de la violencia en todas sus películas ("La pandilla salvaje", "Perros de paja"). Lo interesante es que en cada película mira una nueva cara de la violencia. Aquí la relaciona con el mundo de las tecnologías y, en concreto, el de las tecnologías de comunicación como la TV.
Qué lejos estamos de aquella otra película sobre la televisión, "Poder que mata", que con una posición moral se preocupa por los valores explícitos que estaría imponiendo la televisión. Aquí la perspectiva es más profunda: va a los mecanismos mentales de percepción y comprensión de la realidad. Y es tan eficaz que en el peor de los casos uno puede salir decepcionado de "Omega" porque no vio una película sino una excelente serie de televisión. O quizás no sería en el peor sino en el mejor de los casos porque eso implicaría la capacidad de distinguir entre el mundo real y el de la televisión.--
Hernando Martínez Pardo