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BATI-BIRTHDAY

"Batman" cumple 50 años, pierde a Robin, consigue novia y prepara su primer largometraje.

5 de junio de 1989


En 1939, por estos días del mes de mayo, vio por primera vez la luz de la luna en una historieta norteamericana, un personaje siniestro, metido en un disfraz azul y gris, con una media máscara de orejas prominentes que más bien parecían cuernos satánicos, unas enormes alas de murciélago insólito, un mentón cuadrado y una actitud tan amenazadora como la de los forajidos que ya desde entonces perseguía. "Batman" -así fue bautizado- entró a competir también en la venta de los mismos comics, con el superhéroe número uno de todos los tiempos, el hijo de Jor-El en Kriptón, que fue adoptado por el matrímonio Kent de Villachica, y que había nacido "Superman" un año atrás, frente a millones de lectores.

Claro que a nadie le pasan 50 años en balde. Y desde entonces mucho ha cambiado el hombre murciélago por dentro y por fuera a lo largo de medio siglo de existencia. "Batman" es hijo de Bob Kane, un dibujante apuesto y novicio, de 22 años, que ganaba sólo 50 dólares semanales en Nueva York y que estimulado por un amigo editor se sentó una noche a idearse los bocetos del superhéroe nocturno que lo llevaría en poco tiempo a la consagración. Kane se inspiró en el primitivo artefacto aéreo de Leonardo Da Vinci para darle al personaje unas alas enormes; se fijó en las habilidades envidiables del actor Douglas Fairbanks para imitar su elasticidad y se emocionó con la doble personalidad de Don Diego, el aburrido conde español que luchaba de noche contra la injusticia, tras la máscara de "El Zorro".

Amante del cine, fanático de las películas de Fritz Lang y Von Sternberg, Kane ubicó a su personaje en una atmósfera surrealista de lunas amarillas y gigantescas, con sombras de visitantes o aparecidos que se alargaban a la luz de las farolas, sobre las paredes de los callejones sórdidos y solitarios de Ciudad Gótica. Otro artista aún más joven, Jerry Robinson, le ayudó a dar huesos, carne y vestuario a su personaje, pero fue Bill Finger, un vendedor de zapatos del Bronx, convertido a última hora en escritor, quien creó para "Batman" su carácter, su personalidad, su historia personal y su razón de vivir. No obstante, nadie le reconoció jamás el crédito, y el mismo Kane ha manifestado en reiteradas ocasiones haber sufrido de ese sentimiento de culpa durante toda su vida.

Según lo contó Finger en sus primeras aventuras, Bruce Wayne (a quien los hispanoamericanos reconocen como Bruno Díaz) era apenas un niño de 12 años cuando una noche en Ciudad Gótica un asaltante de callejón mató a sus padres delante de él para robarlos. Heredero de una inmensa fortuna, Bruno retornará a esa ciudad 18 años más tarde, para dedicarse a luchar contra el hampa, y vengar así en cada episodio el asesinato de sus padres.

Desde su primera historia, "El caso del sindicato químico", Finger puso todos los nombres a personajes y lugares. Hasta la baticueva es de su propia invención visual, y se la inspiró una fotografía que vio alguna vez en un ejemplar de Mecánica Popular. Pero fue Bob Kane quien creo un año después a Robín como compañero inseparable de "Batman", emulando también al "Junior", de Dick Tracy, esa tira cómica que él admiraba tanto y de la que copió numerosos detalles, inclusive el mentón firme y cuadrado del personaje principal.

Así que con un cuerpo monumental como el de "Superman" y "Flash Gordon, con unas alas enormes y retráctiles inspiradas en las de Da Vinci, con una doble personalidad como la de "El Zorro", un mentón como el de Dick Tracy, la ambientación Fritz-Von Sternberg y las ideas geniales de Bill Finger, el neoyorquino Kane se convirtió en un actor famoso y rico a fines de los años treinta.

Entre Jerry Robinson, su asistente de 17 años, y Bill Finger, le sugirieron entonces la creación del superpillo más brillante que había llegado a las páginas de una historieta: "El Guasón". Apenas los malvados de Dick Tracy podrían competir contra el exotismo incomparable de este payaso de sonrisa eterna y cabellos verdes, que fue también copiado de una fotografía del conocido actor aleman, Conrad Veidt, en su caracterización de "El hombre que ríe", un filme basado a su vez en el libro del poeta Víctor Hugo. "El Guasón", bautizado en inglés como The Jocker, habrá de dejar siempre una carta de su baraja de comodín, como un sello personal en la escena de cada crimen.

Con el tiempo otro, ilustrador, Dick Sprang, sucedió a Bob Kane y a Robinson en los dibujos de "Batman" y numerosos guionistas reemplazaron a Finger en la armazón de los episodios. La historieta tuvo un éxito arrollador hasta 1965, cuando los editores pensaron cancelarla por el bajón considerable que sufría en las ventas. Entonces apareció en su rescate la televisión, que con el actor Adam West recuperó en un año la histeria original. Gracias a su pésima programación, la histeria, sin embargo, esta vez tampoco duró mucho. El público no se acostumbró a esperar hasta los jueves el final de un episodio que había comenzado los martes. Así que "Batman" tuvo que regresar a los "paquitos", y en condiciones bien distintas. Como los niños que habían amado y comprado la historieta eran ya adultos, los editores decidieron llamar de nuevo su atención, no sólo dando a "Batman" un lenguaje y un tratamiento más propio de mayores, sino que lo envejecieron, y el Bruno Díaz que tenía unos 30 años hace 50, parece hoy de 55. Además, lo divorciaron de Robin.

En verdad, el tiempo y las historias habían alejado al Joven maravilla de su estereotipo inicial como pupilo emulador del héroe y lo habían venido transformando para su desgracia en una especie de bufón tarado, que repartía pums, bangs y cracks junto al maestro y demostraba en ocasiones conductas afeminadas que sus guionistas de entonces juraron en su momento no haber pensado. Pero Frank Miller, su actual ilustrador, aprovechó la supuesta malinterpretación del secundario y convirtió a Robin, para escándalo de Bob Kane, de una buena vez en mujer.

La historieta, distinta y sin su ambientación original con un "Batman" medio calvo sin mentón cuadrado y con nariz de boxeador, se está vendiendo ahora más que nunca, coincidiendo con la celebración de su quincuagésimo aniversario, que ha llenado las tiendas y almacenes norteamericanos de motivos alegóricos a la farnofelia de su universo murciélago, y de su antiséquito de malvados.

Y es el cine, padre indirecto de la historieta en sus inicios, el que intenta devolver ahora el personaje a su mundo de la infancia. La Warner Brothers estrenará dento de un mes la primera película de "Batman", en medio de una expectativa de vida o muerte para más de uno. Hace unas semanas, salió en primera página del Wall Street Journal, importante periódico de las finanzas norteamericanas, que las acciones de esa compañía cinematográfica habían bajado en la bolsa "porque los seguidores de 'Batman' están furiosos de que Michael Keaton haya sido contratado para representarlo y ellos han iniciado una campaña de protesta".

La Warner había mantenido un silencio absoluto sobre la producción de la película, pero la información sobre Keaton se filtró y los productores se vieron obligados a contar un poco más, como que Jack Nicholson haría el papel de "El Guasón" y que el batimóvil del otrora dúo dinámico ya no sería un Thunderbird sino un Corvette remodelado. El director de la cinta es Tim Burton, que también había realizado Beetlejuice y "La gran aventura de Pee Wee". En el filme tampoco Robin aparece, pero sí en cambio Victoria Vale, la novia de Díaz (la espléndida Kim Basinger), el inspector Gordon, la baticueva, el batiavión y la batiseñal, entre tantos otros batis.

Más fundadas que reales, las objeciones que se formulan frente a la escogencia de Michael Keaton para un papel que esos mismos críticos no han visto, se basa en que Keaton es un comediante sin la estatura, ni los músculos, ni el mentón cuadrado del "Batman" original. Pero quienes sí han visto la producción defienden al actor, y entre ellos se incluye el mismo Bob Kane, que a sus setenta, asesora a los creativos de la cinta. Lo cierto es que el disfraz, más mecanismo que vestido, luce tan descrestador y tiene tantos músculos y formas incluidos, que hasta el Flaco Agudelo podría convertirse en "Batman" si se lo pusiera. Del mentón de Keaton se encargaron los maquilladores con sus sombras, porque este actor le interesa al director es para el papel de Bruno Díaz, que ya en su casa se desdobla y tiene conflictos internos con su otra personalidad.

Sólo esta controversia inicial llevará a millones de norteamericanos hasta las salas de cine, con el propósito de comprobar si ese "Batman" es "realmente" "Batman". Y los productores están tan seguros de su éxito, que ya gestionan la pre-producción de una segunda parte, con Danny De Vito, el gordo diminuto, en el papel de otro archi-villano, "El Pingüino". Porque, al parecer, son los malos quienes serán seguramente las atracciones principales de cada cinta. Esta que se estrena en pocas semanas cuenta por vez primera en toda la historia de los muñequitos los orígenes de "El Guasón" (Nicholson) cuyo nombre era Jack Napier, mano derecha del gángster Carl Grissom (Jack Palance), quien descubre que Napier está enredado en amores con su propia novia (Jerry Hall). Grissom ordena a Napier destruir unos documentos en una fábrica de desechos tóxicos pero todo esto es un pretexto para avisar a la policía, que persigue al traicionado Napier, apoyada por "Batman". En la balacera, Napier recibe un tiro que le entra por una mejilla y le sale por la otra, cayendo el maleante dentro de un tanque de residuos tóxicos, que va a dar a una cloaca.

Napier sobrevive y después de una pésima cirugía plástica, resultará condenado a llevar para siempre una sonrisa de payaso en el rostro, que los desechos químicos blanquearon, así como tiñeron de verde sus cabellos moribundos. Esta apariencia horripilante lo lleva a bautizarse él mismo como The Jocker. Después matará, en las formas más variadas y humorísticas a los demás reyes de la droga en Ciudad Gótica y se erigirá como el incomparable y único príncipe del crimen. Y esto es apenas el comienzo de la película.

Bob Kane, que está satisfecho porque la historia regresa a sus verdaderas raíces, comenta: "Será una lucha titánica entre un maníaco sicótico como 'El Guason' y un neurótico como 'Batman', que se siente responsable por la creación de aquel y vive en ocasiones no sólo los conflictos de su otra personalidad como Bruno Díaz sino como el alter-ego del malvado de la sonrisa congelada".

El bien y el mal entonces, que siguen enfrentándose. El bien y el mal de Caín y Abel. de David y Goliat. de Luthor y "Superman", del doctor Jekill y el señor Hyde, de "Batman" y del "El Guason", del revés y el al revés, de la máscara en el espejo, de Cristo y del mismo diablo.--