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Beatriz González sigue experimentando con nuevos materiales y objetos. Este año decidió adaptar su obra ‘Boga, boga’ a una vajilla. | Foto: Diana Rey

ENTREVISTA

“Los artistas debemos cambiar de tema”: Beatriz González

Es una de las artistas más importantes del país y tendrá un año frenético: expondrá su obra en Francia, Suiza, Alemania y Grecia. SEMANA habló con ella sobre su vigencia y su visión del arte actual.

4 de febrero de 2017

SEMANA: Este año se cumplen 53 años de su primera exposición individual en el Museo de Arte Moderno de Bogotá (1964), ¿ha cambiado su visión del arte desde entonces?

BEATRIZ GONZÁLEZ: Cuando empecé, el arte se hacía para homenajear a grandes artistas pero con la aparición de Julio César Turbay pasé al arte político. El Palacio de Justicia me abrió los ojos respecto a la tragedia y al narcotráfico. Ha sido una serie sucesiva de cambios…

SEMANA: ¿Y ahora en qué está?

B.G.: Estoy trabajando para una exposición en Zurich en la que se ve el contraste entre los desplazados de Europa y los de Colombia, cuando Maduro los expulsó de Venezuela.

SEMANA: Ahora que se firmó la paz con las Farc, ¿cree que los artistas deben olvidar el conflicto como tema?

B. G.: Sí. Eso ya es pasado. Aunque es muy angustioso quedarse sin tema, también es muy placentero que se cierre está página de la historia del país. Lo más seguro es que con el tiempo encontremos un camino nuevo: la paz es inédita para los artistas.

SEMANA: Este año usted estará en varios países europeos como Francia (en el marco del año Colombia-Francia), Grecia, Suiza y Alemania. ¿Cómo reciben su obra en ese continente?

B. G.: Ahora sí la reciben muy bien, antes no. Yo incluso llegué a pensar que mi arte solo podría circular como una curiosidad. Imagínese que cuando exponía obras sueltas en Bélgica, Alemania o en bienales como la de Venecia y Sao Pablo, la cara de las personas cuando veían mis piezas era como si estuvieran viendo una cosa chistosa o graciosa. No era lo que yo esperaba.

SEMANA: ¿Y por qué cree que cambió la percepción?

B. G.: Porque el arte cambió. Hoy hay críticos y curadores como Holland Cotter que piensan diferente y están dispuestos a imponerme. Cuando hicimos una exposición en el Museo del Barrio de Nueva York (1998), curada por Carolina Ponce de León, me dedicaron media página en The New York Times y eso fue una sorpresa. Luego me olvidaron, pero el fenómeno se acentuó de cinco años para acá. Ahora suspiran por mi obra e incluso mis muebles están en distintas exposiciones. Antes me tocaba regalarlos.

SEMANA: Usted suele trabajar en materiales diferentes y ahora su obra ‘Boga Boga’ estará en una vajilla de Carulla, ¿cómo es eso?

B. G.: Sí. Me lo propusieron y yo inmediatamente dije que sí, porque se conecta con lo que yo he hecho siempre como artista. No me gusta utilizar un solo material, sino que siempre he buscado trabajar sobre objetos. Así que escogí una obra que hice cuando se cumplieron 500 años del descubrimiento de América. Es sobre un indígena que sale desplazado luego de una inundación. La imagen original la tomé de un periódico y pinté un óleo con 500 serigrafías, una por cada año. La adapté a la vajilla y ahora estará disponible para todo el público.

SEMANA: Según la última Encuesta de Consumo Cultural del Dane, bajó el número de personas que asisten a los museos, ¿a qué cree que se debe?

B. G.: Llevar público, aunque es importante, no es la única misión de los museos. Hay otras, como la de conservar la memoria. Y aunque el público sí se necesita, yo no creo que aquí lleguemos a tener una Mona Lisa que los llene de gente. Hay que enfocarse en otras cosas: estabilizar las colecciones, adquirir obras y difundirlas, incluso a través de internet.

SEMANA: Por otro lado, parece haber una proliferación de galerías y ferias de arte en Bogotá y en otras ciudades, ¿cómo ve ese fenómeno?

B. G.: Eso ayuda a que la gente se acerque al arte, pero es un poco fatigante. Las ferias han cambiado un poco: se han vuelto más cultas y menos negocio. La gente quiere acercarse y conocer, pero eso también las puede hacer fracasar, porque ya no se vende tanto y el objetivo original de una feria es vender. ARTBO, por ejemplo, permanece llena los tres días, pero aunque algunas personas van a comprar, la mayoría va por curiosidad.

SEMANA: ¿Cómo ve y qué les falta a los artistas colombianos de la nueva generación?

B. G.: Los veo muy bien a ellos, más que a las universidades, que ni siquiera enseñan historia del arte o que lo hacen fragmentariamente. Ellos leen y estudian por sí mismos. Yo les aconsejo que sean cultos y que vean mucho cine. Hay muchas obras que yo pinté pensando en películas de Michelangelo Antonioni o Ingmar Bergman. Y que aprovechen, porque ahora tienen muchas más opciones de las que uno tuvo.