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CAMBIO DE HABITO 2

Escasas modificaciones en una película que resulta prácticamente igual a la primera.

21 de febrero de 1994

SU PAPEL DE MEdium en Ghost, esa falsificadora espiritista que termina armando un escándalo de glandes proporciones en un respetado banco lanzó a Whoopi Goldberg hace tres años al estrellato cinematográfico. Para los directores no cabía duda de que, por sí sola, la excéntrica actriz de color era capaz de llenar los teatros. Y lo demostró con Cambio de hábito, la taquillera cinta del director Emile Ardolino (recientemente fallecido), en la que Goldberg, de ser una barata cantante de cabaret se convierte, de la noche a la mañana, en monja de convento. El éxito fue tan alto que obligó a los productores a pensar en una segunda parte.
Menos de un año se demoraron en vestir de nuevo a Whoopi en religiosa para filmar Cambio de hábito 2. En primera instancia, la expectativa motivada por esa divertida primera parte sirve de atracción al público. Sin embargo, los que tuvieron la oportunidad de verla comprenden pronto que no existe mayor difereneia entre las dos películas. El argumento, la temática y el desarrollo del filme son los mismos, con ligeras modificaciones: esta vez no se trata de salvar un convento, sino un colegio; el coro ya no es de monjas, sino de alumnos; no se canta en una iglesia, sino en un concurso estatal estudiantil de grupos corales. Pero los chistes siguen siendo los mismos y la actitud de la monja-show, idéntica mientras la cinta gira -por pura inercia- en torno de ella y de la caricaturesca juventud que la sigue con el deseo de aprender a cantar.
Todo parece indicar que el director, Bill Duke, reacondicionó la primera parte para llevar a cabo la segunda, con poca imaginación a la hora de inventar un tema distinto. Porque si por lo menos en Cambio de hábito existía el pretexto del convento como escondite de una mujer perseguida por la mafia, en esta ocasión, salvo las espléndidas voces del coro y los arreglos musicales, el argumento se queda corto en ofrecimientos al espectador.


TRAS LAS CAMARAS
UN TANTO inadvertido en la pantalla gigante en los últimos años, con dos papeles intrascendentes en Hook y Héroe por accidente, Dustin Hoffman quiere volver a escena con mucha fuerza.
Hoffman llevaba varios meses esperando un proyecto que lo motivara, luego de rechazar algunas ofertas poco convincentes. Y por fin ha encontrado uno, en el que el pequeño actor, galardonado con el Oscar por Rainman, es probable que debute como director.
La película se llamará Afteryou y será también protagonizada por él. Se trata de un prestigioso abogado de divorcios que debe enfrentar al mismo tiempo tres difíciles casos, incluida su propia separación. Al parecer, el fracaso como comediante en Héroe por accidente, a pesar de su buena actuación, llevó a Hoffman a volver al género que lo convirtió en estrella: el drama. After you será una buena ocasión para rememorar su excelente papel en Kramer vs. Kramer.


BEETHOVEN 2
Una película hecha en exclusiva para el público más pequeño del cine.

EL AÑO PASADO, niños de todas las edades se aglomeraron durante más de dos meses a presenciar la que se convertiría en una de las más tiernas y amenas películas infantiles de 1992. Se trataba de la historia de un inmenso perro San Bernardo, llamado Beethoven, destinado a causar un gran alboroto en la familia Newton.
Ahora, en esta segunda parte y después de haber sido una verdadera calamidad del desorden en la película anterior, Beethoven ha regresado amaestrado al estilo Lassie, dispuesto a realizar un sueño: enamorarse.
Bajo la conducción de Rod Daniel, Beethoven 2 conserva la misma línea temática de la primera parte -la relación entre una familia y su gigantesca mascota-, con un ingrediente adicional: Daniel centra la historia en el perro y su búsqueda por encontrar pareja. De esta forma el director intenta llegar a los niños a través del lenguaje del amor para motivarlos a sentir cariño hacia los animales.
Hecha en exclusiva para el público más pequeño del cine, con un guión sencillo y fácil de asimilar, Daniel lleva a los niños de la mano, en una película llena de cachorros y piruetas perrunas, perfecta para despertar en los hijos la curiosidad por el séptimo arte.


EN LA DISTRITAL
IDEAL PARA todos aquellos que no tuvieron oportunidad de verlas cuando se anunciaron en cartelera, enero fue destinado por las diferentes cinematecas de la capital para presentar las películas más destacadas de 1993. Mientras comienza en firme la programación de ciclos de 1994, lo mejor del año anterior colma por el momento la atención de las salas de cine arte. La Cinemateca Distrital culmina el mes con cuatro cintas de interés para los cinéfilos. El 27 y 28 de enero presentará Luna de Hiel, de Roman Polansky; el 29, Faustine, de Nina Campanés; el 30, Amor para la eternidad, de Marco Ferreri, y el 31, Romance de un ladrón de caballos, de Abraham Plonsky. Para el primero de febrero la Cinemateca tiene programada El Mariachi, de Robert Rodríguez.