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Unos Óscar muy políticos

El próximo 26 de febrero se conocerán los ganadores de los premios más importantes de la industria del cine. Como es tradición, SEMANA aventura sus predicciones. Por Manuel Kalmanovitz.

18 de febrero de 2017

Hace un año todo estaba tan tranquilo… no había necesidad de levantarse corriendo cada día para, antes de ver si valía la pena lavar la loza de la noche anterior, revisar en el periódico si había comenzado una nueva guerra nuclear. ¡Qué tiempos aquellos!

Ahora, claramente, la situación es pura incertidumbre. La carga política que rodea los Óscar –siempre presente, aunque a veces se camufle tras el glamour y el brillo del espectáculo– está en la superficie. ¿Cómo hacer una ceremonia de estas sin hablar de lo que está pasando? Si hasta la polarizante figura del presidente Donald Trump funge de crítico de cine –en un tuit a comienzos de año llamó a Meryl Streep “una de las actrices más sobrevaloradas de Hollywood”–, ¿no es esta la plataforma ideal para que las estrellas de cine asuman el papel de comentaristas políticos?

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El sentido de urgencia es demasiado alto y los actores y directores, en otros foros, ya se han manifestado, enfática y públicamente, contra el nuevo presidente de Estados Unidos, contra su matoneo virtual y sus políticas migratorias. Es apenas lógico que en la ceremonia de los Óscar, el evento más visible del establecimiento cinematográfico, esas voces críticas se hagan más notorias.

Lo que resulta especialmente interesante es lo duro que debe ser, para un presidente que gusta tanto de la farándula y que ha sido descrito como un televidente compulsivo, verse rechazado por la gente con la que le gustaría estar. Viéndolo así, es un drama digno de Shakespeare.

Estos Óscar responden, además del contexto inmediato, a las nominaciones excesivamente blancas del año pasado que generaron la campaña de #ÓscarsSoWhite. En el mundo reducido de la Academia, este movimiento –igual que las manifestaciones cada vez más comunes en Estados Unidos– demuestra que es posible para los individuos hacerse escuchar, presionar y lograr cambios. La prueba está en que esta celebración incluye un buen número de actores, actrices y directores afroamericanos.

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En cuanto a los nominados, anunciados el 24 de enero vía streaming, la más favorecida fue La La Land con 14 candidaturas, una cifra solo igualada por Titanic (1997) y All About Eve (1950). ¿Cómo entender el éxito de esta película? ¿Es una historia de amor agridulce? ¿Un homenaje a los sueños que se hacen realidad a punta de preparación y fuerza de voluntad? ¿Un escape del presente para revivir géneros culturales anacrónicos?

Uno puede intentar relacionarla con la agitación del presente: ¿es una película trumpista, añorante de una grandeza perdida tiempo atrás? ¿Es un filme hilarista, que considera fundamental la preparación y el respeto por las tradiciones? Las dos lecturas son posibles y el hecho de que la película las permita es una muestra de su riqueza.

Mejor película: La La Land

Nuestra especulación: ganadora en los Bafta, los Globos de Oro y en los premios gremiales de directores y productores, el musical de Damien Chazelle (32 años) no parece tener ningún competidor serio. Sería un premio con tintes de nostalgia porque La La Land recuerda el Hollywood de otras épocas menos realistas y más coloridas, mezcla de canciones y bailes para retratar con más cariño que escepticismo las maquinaciones internas del mundo del cine, un universo temático que resuena con los votantes de la Academia (como lo demuestran Birdman, Argo o El artista, ganadoras en 2014, 2012 y 2011, respectivamente).

Otros nominados: Luz de luna, Manchester junto al mar, La llegada, Talentos ocultos, Un camino a casa, Fences, Sin nada que perder y Hasta el último hombre.

Posible sorpresa: Luz de luna es una película sensible, delicada, tocada por una cinefilia más internacional que la de Chazelle (tiene, por ejemplo, un homenaje evidente a Wong Kar-wai) que sigue a un muchacho afro en tres momentos claves de su vida. Su triunfo sería también un triunfo para la campaña del año pasado contra la blanca homogeneidad de los Óscar.

Mejor director: Damien Chazelle por La La Land

Nuestra especulación: Chazelle señaló en una entrevista con el A.V. Club que su objetivo era hacer la clase de película con la que todos los cineastas sueñan, que “asume grandes riesgos artísticos y los combina con una audiencia verdadera, masiva”. Cabría agregar que lo segundo es el sueño de los productores y que, en este caso, se ha vuelto realidad, al recaudar hasta ahora en la taquilla estadounidense más de 120 millones de dólares. Por esos dos logros recibirá el galardón.

Otros nominados: Mel Gibson por Hasta el último hombre; Barry Jenkins por Luz de luna; Kenneth Lonergan por Manchester junto al mar; y Denis Villeneuve por La llegada.

Posible sorpresa: Kenneth Lonergan. Aunque esta es apenas su tercera realización como director, Margaret, su película anterior, fue un parto famosamente traumático que duró seis años en un limbo de demandas y contrademandas. Un premio destacaría su trabajo cuidadoso y sería un espaldarazo a la independencia artística de los directores.

Mejor actriz principal: Emma Stone por La La Land

Nuestra especulación: en su primera nominación como actriz principal (ya había sido nominada como secundaria en Birdman), Stone hace un papel encantador, bailando, cantando con su voz quebrada, aceptando hacer el ridículo sin perder nada de su gracia –o haciéndola más intensa por eso–. Tras haber ganado los Bafta y el premio del gremio de actores, su victoria está cantada.

Otras nominadas: Isabelle Huppert por Elle; Ruth Negga por Loving; Natalie Portman por Jackie; y Meryl Streep por Florence: la peor mejor de todas.

Posible sorpresa: Isabelle Huppert. La última ocasión en la que una actriz no anglohablante ganó este Óscar fue en 2008, cuando Marion Cotillard lo recibió por La vie en rose. Premiar el trabajo intenso y oscuramente cómico de Huppert en Elle sería un reconocimiento al carácter global de estos premios.

Mejor actriz de reparto: Viola Davis por Fences

Nuestra especulación: esta parece ser otra de las categorías decididas de antemano, con triunfos previos en los premios gremiales, Bafta y Critic’s Choice. En la película, Davis ofrece un contrapunto sensible y fuerte a la masculinidad arrolladora y destructiva que interpreta Denzel Washington.

Otras nominadas: Michelle Williams por Manchester junto al mar; Naomie Harris por Luz de luna; Nicole Kidman por Un camino a casa; y Octavia Spencer por Talentos ocultos.

Posible sorpresa: Naomie Harris, que en Luz de luna tiene un papel complejo como la madre del protagonista.

Mejor actor de reparto: Mahershala Ali por Luz de luna

Nuestra especulación: ganador del premio gremial por un papel emotivo: un vendedor de drogas que protege a un muchacho matoneado por sus compañeros.

Otros nominados: Dev Patel por Un camino a casa; Jeff Bridges por Sin nada que perder; Lucas Hedges por Manchester junto al mar; y Michael Shannon por Animales nocturnos.

Posible sorpresa: Michael Shannon, uno de los actores más interesantes del Hollywood actual que, quizás por hacer tantas películas pequeñas e inclasificables, nunca ha recibido un reconocimiento de la Academia.

Mejor actor principal: Casey Affleck por Manchester junto al mar

Nuestra especulación: Affleck verá reconocido su papel central en una película silenciosa y mesurada que examina las secuelas de un evento trágico. A diferencia de galardonados en años anteriores, reconocidos por papeles vistosos en los que sudaban, lloraban, escupían y moqueaban, este papel es impresionante en otro sentido: el del silencio que emana de un hombre irreparablemente roto.

Otros nominados: Andrew Garfield por Hasta el último hombre; Ryan Gosling por La La Land; Viggo Mortensen por Captain Fantastic; y Denzel Washington por Fences.

Posible sorpresa: Denzel Washington. Guiándonos por los premios que anteceden a los Óscar, esta es la categoría más incierta. Washington es uno de los actores más queridos de Hollywood y esta interpretación de un recolector de basura en la Filadelfia de los años cincuenta, en la adaptación de una obra de teatro de August Wilson dirigida por el mismo Washington, le ofrece un papel complejo, despiadado con quienes lo rodean y adolorido por sus experiencias personales de injusticia.

Otros premios

Mejor guion original: Manchester junto al mar, del guionista y dramaturgo Kenneth Lonergan, que deriva su impacto de una estructura dramática cuidadosamente ensamblada.

Mejor guion adaptado: La llegada, adaptado por Eric Heisserer, que aterriza efectivamente la exploración de las posibilidades del lenguaje que el escritor Ted Chiang realizó en su cuento de ciencia ficción.

Mejor película animada: Zootopia, de Disney, que se imagina un mundo paralelo para hacer una fábula sobre la ceguera del racismo.

Mejor documental: 13th, de Ava DuVernay, que muestra cómo la epidemia de jóvenes afroamericanos encarcelados tiene su raíz en décadas de racismo institucional.

Mejor película extranjera: El cliente. Tras la prohibición migratoria de Donald Trump, Asghar Farhadi, el director de esta película iraní, canceló su participación en la ceremonia. Darle un premio haría explícito el rechazo a las polémicas decisiones del nuevo presidente.