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CONFESION A LAURA

Contra todos los pronósticos, el director caldense Jaime Osorio demuestra con su ópera prima que sí es posible hacer buen cine en Colombia.

22 de marzo de 1993

DOS ANOS DESpués de filmada, la semana pasada ocurrió por fin el estreno en Colombia de Confesión a Laura, la ópera prima del director caldense Jaime Osorio. Y para sorpresa de muchos, la película fue aclamada durante 15 minutos por las 800 personas que acudieron a verla.
Se trata de una narración intimista, cercada en todos sus flancos por las paredes de un estrecho apartamento de las céntricas calles capitalinas, durante el "bogotazo", del 9 de abril de 1948. El guión ya había sido llevado a la pantalla con el título de De vida o muerte, un corto de 30 minutos premiado por Focine en 1987. Pero la ansiedad de no haber explorado más a fondo sus personajes, obligó moralmente a Alexandra Cardona a convertir su guión en un largometraje.
Su nuevo libreto, Confesión a Laura, fue premiado en Cuba y su autora, escogida como única representante latinoamericana para participar en el taller de guión organizado por el Sundance Institute de Utah, EE.UU., dirigido por Robert Redford. Allí, la idea de hacer la película fue tomando forma.
Los delegados de Televisión Española, que habían conocido el guión en Cuba, aportaron los primeros 120 mil dólares. El Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica (Icaic) dio su apoyo con equipo y personal técnico. Por esas razones nunca entendibles de la política de Focine, en Colombia no se encontraron los medios financieros para filmarla. La única alternativa la más inverosímil fue trasladar más de 200 kilos de utilería hasta La Habana para recrear, en una ciudad caribeña, las frías calles del centro de la Bogotá de los años 40.
En cinco semanas se culminó la filmación, a un costo de 400 mil dólares. En octubre de 1990 estuvo lista la primera copia. Dos meses más tarde ganaba su primer premio en el Festival de Cine de Huelva, España, como la mejor película de la crítica especializada. A partir de entonces ha participado en otros seis festivales y ha sido galardonada en cada uno de ellos, incluidos el de Biarritz, Francia; el de Trieste, en Italia, y el de Berlín, Alemania. La cinta se ha paseado por Noruega, Israel, Japón y Canadá.
Muchos la han catalogado como el primer latido de la resurrección del cine nacional. ¿Qué es lo que tiene esta película, que ha gustado tanto a la crítica internacional?
Sin pretensiones malabarísticas, con un sutil sentido del humor y de la caracterización, con la convicción de que la película son ellos y no los decorados o los juegos de cámara, los protagonistas logran sacar de la cotidianidad la historia para enmarcarla en el ámbito de lo trascendente. Son tres vidas las que están en juego; y una circunstancia el "bogotazo" -que sirve de catalizadora de una decisión definitiva. Josefina (Cristina Gálvez) encarga a su marido Santiago (Gustavo Londoño), un empleado públieo cincuentón, llevar un ponqué de cumpleaños a Laura (Vicky Hernández), quien vive en el edificio de enfrente. En cumplimiento de su misión, Santiago queda atrapado en casa de Laura, a causa del toque de queda. ¿Qué consecuencias se darán de ese encuentro fortuito y obligado? ¿Cómo alterará el "bogotazo", (un suceso supuestamente tan ajeno a ellos) la vida futura de estos tres anónimos ciudadanos capitalinos?
A través de la exploración, de los personajes, de su temperamento, de sus ilusiones y frustraciones. Jaime Osorio y Alexandra Cardona logran darle una fuerza inusitada a una historia que parece demasiado anecdótica, pero que en el fondo lleva toda la maravilla de los sucesos extraordinarios.
Osorio hace del espectador un entrometido, un violador de secretos íntimos, un avergonzado testigo de las confesiones que van sacando cada uno de los personajes en la medida en que transcurre la narración. Esta fórmula, impecablemente manejada por el director, con ayuda de unos diálogos construidos con fino detalle y un decorado que sobresale por su perfección, es el mayor logro de una producción única en su estilo y en su forma.
"No es perfecta -diría un crítico español cuando la cinta fue presentada en el Festival de Huelva-, pero es una hermosa película, que queda prendida del corazón".