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En el certamen, dedicado a la obra de Mozart.

MÚSICA

Cuatro días de alto voltaje mozartiano

Dedicar el II Festival Internacional de Música de Bogotá, a la obra de Wolfgang Amadeus Mozart es un acierto del Teatro Mayor.

Emilio Sanmiguel
21 de marzo de 2015

El II Festival Internacional de Música de Bogotá se llevará a cabo entre el miércoles primero y el sábado 4 de abril. No solo es un acierto del Teatro Mayor porque Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) es de uno de los más grandes compositores de la historia y uno de los más populares: él mismo decía que escribía para que resultara agradable a los neófitos y con la suficiente complejidad para que lo disfrutaran los ‘entendidos’.

El punto es que se trata de un evento que, siguiendo los lineamientos del Iberoamericano de Teatro, intenta llegar a todos, pues se ha cuidado de cubrir el centro, norte, occidente y sur de Bogotá, con numerosos espectáculos de entrada gratuita y un costo de boletería a partir de los 10.000 pesos, inferior a una boleta de cine y sin escalar precios exorbitantes.

Abre el miércoles primero con cuatro conciertos en el Teatro Mayor y Teatro Estudio de la Biblioteca Santo Domingo: sonatas para piano, a las 6:30 de la tarde; cuartetos, a las 7:30 de la noche; obras sinfónicas a las 8:30 de la noche y sonatas para violín y piano a las nueve de la noche Asistir a todos los conciertos del festival es imposible.

La clausura abre a las diez de la mañana del sábado 4 con la Sinfónica Nacional en el Mayor. Veinte conciertos a lo largo del día, y la jornada termina a las 8:30 de la noche con el Réquiem K. 626, que Mozart no pudo terminar porque murió, tarea que su viuda encomendó a Franz Süssmayr, con la esperanza de que este no cometiese la indiscreción de revelar el secreto, como efectivamente ocurrió; y a las nueve de la noche, música de cámara en el Teatro Estudio.

La selección musical

La obra mozartiana es descomunal, en cantidad y en calidad.
Mozart, que fue niño prodigio, escribió sus primeros conciertos, sinfonías y música de cámara cuando apenas tenía uso de razón. Y efectivamente han cuidado que estos aspectos estén debidamente presentes.

La revisión de la programación revela que sus obras más trascendentales van a ser disfrutadas: la Gran Misa en Do menor, la Serenata K. 525 y la Pequeña serenata; el Concierto para clarinete; la Sinfonía concertante para violín y viola; las grandes sinfonías: Praga, París, Haffner, 40, Júpiter; algunos de los Cuartetos Prusianos y casi todos los Dedicados a Haydn, con un detalle: el monumental n.º 19, Cuarteto de las disonancias se va a tocar en seis oportunidades.

También, obras favoritas del público: el Ave verum corpus, cuatro de los cinco Conciertos para violín, varios de sus Conciertos para piano y el Exsultate jubilate.

Además, siete de las 18 sonatas para piano, aunque curiosamente no la más popular de todas: la K. 331, la del Rondo alla turca; tríos, sonatas para violín y piano y diez de las oberturas de sus óperas, diez oberturas y, este el gran vacío, ni una ópera, que son una de las cumbres de su genio: ni Don Giovanni, ni Bodas de Fígaro o Così fan tutte, ni La flauta mágica, ni un recital de arias…

Estrellas y artistas

Dentro de la nómina de grandes estrellas se contará con la presencia del pianista austriaco Stefan Vladar y el violinista lituano Julian Rachlin. En materia de agrupaciones internacionales la Camerata Salzburg dirigida por Louis Langrée, la Kölner Akademie, los cuartetos Szymanowsky, Jerusalem y el Auryn.

De personalidades nacionales están la soprano Juanita Lascarro, la Coral Santa Cecilia y las tres agrupaciones fundamentales de la Filarmónica de Bogotá: la Filarmónica con varios directores, la Filarmónica Juvenil dirigida por Carlos Villa y la Filarmónica joven con la batuta de Adrián Chamorro.

Toda una descarga de alto voltaje mozartiano para la Semana Mayor: 63 conciertos en 15 escenarios y las expectativas de llegarle a 70.000 espectadores.