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EL CRISTO DE ESPALDAS

Amenazas, oscuras presiones y prejuicios impidieron la presentación en Colombia de "La última tentación de Cristo .

6 de febrero de 1989

Si los católicos colombianos tuvieran la oportunidad de mirar públicamente "La última tentación de cristo", serían incitados a cometer toda clase de delitos como protesta contra esa película. Y ese público "caerá en homicidios, lesiones personales, daño en bien ajeno y terrorismo, a lo menos, atacando a quienes vean la película o se dispongan a verla, a las salas de cine en las que se exhiba, a las oficinas del distribuidor de la misma y a la propia humanidad de los misms y de sus empleados e incluso, dentro de tamañas reacciones, hará explotar bombas en los sitios mencionados con las consecuencias apenas previsibles".
Para evitarles a los católicos el ejercicio de esa violencia, en momentos en que el país está desbocado con otra guerra, tres de los cuatro miembros del Comité de Clasificación del Ministerio de Comunicaciones, decidieron votar la prohibición, en primera instancia, de esta película, dirigida por Martín Scorsese sobre un guión de Paul Schrader quien a su vez, no se basó en los textos bíblicos sino en una novela que 34 años atrás, al ser publicada en Grecia, le causó toda clase de problemas a su autor, Nikos Kazantzakis.
La sicóloga Victoria Eugenia Giraldo, el abogado Alfonso Cepeda Arraut y el representante de la Asociación de Padres de Familia, Ricardo Gómez Lizarralde, al firmar la resolución 434 que prohibe la exhibición de "La última tentación de Cristo", la consideran socialmente más peligrosa que una película tan violenta como "Rambo III" o que las recientes apariciones de Chuck Norris y Charles Bronson, e inclusive algunas películas supuestamente infantiles, exhibidas actualmente y en las cuales, la dosis de violencia y agresividad es bastante alta. Curiosamente, un cuarto miembro del Comité, el periodista Mauricio Laurens, salvó su voto para 18 años afirmando que "ésta es la versión más humana y estéticamente mejor lograda de los relatos bíblicos adaptados al cine; no hay ofensas contra la religión católica ni blasfemias en esta película; en ningún momento se irrespeta la imagen de Jesús; en su contexto cinematográfico, una atenta lectura evita interpretaciones erróneas y posiciones acomodaticias, Cristo, en su condición humana, según la Carta de San pablo a los Hebreos, es tentado por malos pensamientos pero jamás cede en el plan de la realidad".
Aunque los miembros del Comite dejan constancia de que al tomar está decisión, obran sin la mínima influencia de sus propios principios religiosos, es evidente que las palabra expresadas en agosto de 1988 por varios prelados colombianos contra "La última tentación de Cristo", en momentos en que su estreno en algunas ciudades norteamericanas provocaba numerosas reacciones de grupo religiosos, han surtido efecto. Por esos mismos días el ministro de Comunicaciones, Pedro Martín Leyes en declaraciones a periódicos y emisoras de radio, sin haber visto la película, tomaba partido contra cualquier exhibición de la misma. Según un abogado, el funcionario ha prejuzgado y queda imposibilitado, en caso de un recurso de apelación, a fallar sobre este tema. Entonces será necesario nombrar un ministro ad hoc para que tome una decisión.
Algunos miembros de la Iglesia, intelectuales y personas relacionada con el cine, prefieren no hacer comentarios y esperar a que avance el proceso legal que sigue ahora. El Comité de Clasificación seguramente se ratificará, en segunda instancia, ante el recurso de reposición interpuesto por la transnacional Cinema International Entonces, habrá un tercer recurso y así sucesivamente hasta llegar al Consejo de Estado, después de pasar por el despacho del ministro de Comunicaciones.
El representante legal de la compañía cinematográfica en Colombia, un australiano llamado Maitlant Pritcher, quien lleva más de 12 años viviendo aquí, pensaba exhibir la película en salas pequeñas, sin demasiado ruido publicitario y con un público basado más en estudiantes, universitarios y profesionales. Sobre la decisión del Comité, dice: "No hay en la película imagen alguna que pueda incitar al delito o haga su apología y es claro que se basa no en la Biblia, sino en una novela que se puede conseguir en cualquier librería. Ahora, creo que el público colombiano ya está suficientemente maduro para mirar cualquier película y mantener su criterio en cualquier campo. No sólo quiero entrar en discusiones religiosas porque respeto las creencias de cada uno. En eso consiste la libertad, la libertad de pensar y la libertad de expresión y por eso la película ha sido aprobada en casi todos los países del mundo. En el caso colombiano, estoy seguro de la madurez de los espectadores para apreciar una película que no es blasfema, ni irrespetuosa y sólo muestra un Cristo humano, como todos nosotros".
Mientras tanto, en algunas tiendas de videos ya están alquilando copias de una película que la mayoría de los críticos norteamericanos (comenzando por los de Time y el New York Times) han escogido como una de las 10 mejores del año. Todo comenzó en agosto del año anterior cuando aparecieron los primeros comentarios y noticias sobre la campaña que algunos grupos fundamentalistas habían organizado contra su exhibición en Estados Unidos. Piquetes ante los estudios Universal, cartas a los productores, manifestaciones en sitios públicos, amenazas telefónicas y avisos pagados en los periódicos, fueron la primeras señales de una batalla agria durante la cual, la intolerancia y el fanatismo hacian de las suyas, sin que ninguno de los altos jerarcas de la Iglesia Católica tomara partido en contra o a favor de la película. El viernes 12 de agosto y en forma discreta, anticipándose un mes a su estreno nacional, aparecia "La última tentación de Cristo" en una sala de Los Angeles, Toronto, Chicago, Seattle, Washington, San Francisco, Minneapolis, Montreal y Nueva York. Realizada a un costo de 7 millones de dólares, es una auténtica antisuperproducción a lo Hollywood y su estreno anticipado representó su cancelación para ser exhibida en el festival de Nueva York. En cambio, fue mostrada en San Sebastián y Venecia, mientras Franco Zefirelli.se sumaba al coro de quienes la atacaban y amenazaba con retirar "Verdi" si la película de Scorsese era exhibida.
Quizás las palabras del mismo Martin Scorsese, quien tiene en su carrera películas importantes como "Taxi Driver", "El color del dinero", "Calles peligrosas", "El rey de la comedia", "Después de horas" y "Toro Salvaje", ilustren más el significado de una película que, por el momento, los colombianos están imposibilidades de ver: "La visión de la película es la misma visión del libro. Kazantzakis insiste sobre la naturaleza humana de Jesús precisamente porque de este modo, para nosotros, para la gente común y corriente, es más fácil identificarse con Cristo".